El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha participado en un desayuno del Fórum Europa, y ha asegurado que la prestación universal por crianza, lo que en Hispanidad llamamos salario maternal, «va a suceder». «Nos llevaremos las manos a la cabeza por no haberlo hecho antes», advirtió.
El titular de Derechos Sociales ha afirmado que «un país que está viviendo un momento macroeconómico objetivamente bueno, no puede tolerar, no puede consentir, no puede asumir como normal que prácticamente uno de cada tres niños, niñas y adolescentes vivan en riesgo de exclusión social o de pobreza». Según el ministro, es una cuestión que «trasciende un posicionamiento ideológico».
Dependencia, prestación universal por crianza y vivienda. Estas son nuestras prioridades y por las que empujamos cada día hasta conseguirlas.
— Pablo Bustinduy (@pbustinduy.bsky.social) 27 de noviembre de 2025, 12:24
[image or embed]
Bustinduy ha recordado que en 17 países europeos existe ese mecanismo de la prestación universal por crianza: «Es una obligación, no es una opción». «Toda la literatura científica, pero también la experiencia de nuestros vecinos y vecinas, demuestra que tendría una capacidad, según las estimaciones, de reducir de manera inmediata un 50% las cifras de pobreza infantil y del 50% restante, hasta un 50% la intensidad de esa pobreza».
El ministro defiende el plan frente a los que esgrimen un «supuesto coste desorbitado» de esta medida: «el coste desorbitado es el que tiene el impacto de la pobreza infantil» en España, «que se estima, se cifra, hasta en 65.000 millones de euros todos los años». «Yo creo que es algo que no solo debe suceder, sino que va a suceder. Y cuando suceda miraremos y nos llevaremos las manos a la cabeza por no haberlo hecho antes».
No podemos estar más de acuerdo ministro, el salario maternal es de justicia y no es una cuestión ideológica. En Moncloa son muy tacaños con las ayudas a la natalidad, sí, no fomentan la vida, también, pero no nos engañemos, en esto tienen culpa todos los gobiernos anteriores. En España no se ha invertido en fomentar la natalidad. En un breve repaso por la historia actual podemos contar que fue el Gobierno de José María Aznar en 2003 el que puso en marcha la prestación por crianza, que consistía en 100 euros al mes por hijo durante tres años para madres trabajadoras. Luego llegó Mariano Rajoy y lo extendió a las familias monoparentales con dos hijos, medida muy criticada por el PSOE de Pedro Sánchez de 2015. Para los socialistas era una "desigualdad" porque la 'generosa' ayuda no tenía en cuenta el "nivel de renta", como si tener hijos fuera una cosa de pobres o ricos. Después llegó el propio Sánchez y en 2023, con gran generosidad, amplió la prestación a todas las madres, trabajadoras o no.
Para entendernos, en nada más y nada menos que 22 años, en un país que no sabe cómo pagar sus pensiones, en el que nacen menos de 300.000 niños al año, en el que hay más fallecimientos que nacimientos y el cual es líder de paro del mundo mundial, los sucesivos gobiernos sólo han sido capaces de hacer un cambio en las prestaciones de ayuda a la maternidad: pasar de 100 euros para madres trabajadoras a 100 euros para madres que trabajen y que no trabajen.
En España sigue siendo necesario, urgente y de justicia la aprobación del salario maternal: toda mujer que tenga un hijo, desde el embarazo hasta la independencia del retoño (18 años), debería recibir un salario no inferior a la mitad del salario mínimo interprofesional (SMI). Y ojo, para muestra el Mapa de la Maternidad presentado hoy por Red Madre.
Y si ya no es porque apostemos por la vida, de manera estratégica, también va siendo hora de plantearnos el apoyo a las madres. Ayer miércoles lo advirtió la OCDE, el sistema de pensiones está quebrado, y la única forma de remontar a futuro es teniendo hijos, teniendo cotizantes.
Insistimos, compartimos opinión con Bustinduy, pero ¿está seguro señor ministro? Porque hace cuestión de una semana, cuando María Jesús Montero, presentó los Presupuestos, negó lo que está usted asegurando. Ella piensa que ya da mucho.