Según un informe de la Guardia Civil, recogido por El Español, la Marina marroquí, del rey Mohamed VI colabora con los narcotraficantes, incluso haciendo de nave nodriza para las narcolanchas que introducen la droga en España. 

Eso bastaría para que cualquier gobierno se plenteara la ruptura, al menos temporal, con la tiranía marroquí, máxime cuando la colonia magrebí en España se aproxima al millón de personas, una verdadera quinta columna.

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Al tiempo, Marruecos apoya sin reparos a Israel, incluso en este momento, y ofrece a Estados Unidos que traspase a territorio marroquí las bases militares de Rota y Morón. 

No lo ha conseguido pero sí ha conseguido que Estados Unidos repudie al Madrid de Pedro Sánchez y aplauda al Rabat de Mohamed VI.

Un rey tirano y peligroso, que utiliza la miseria de su población como carne de cañón. Hay protestas en Rabat pero el Rey se encarga de reprimirlas con dureza y su policía secreta es inclemente.

 

Respecto a España, no se sabe qué cadáver de Pedro Sánchez, guarda Mohamed VI en el armario pero lo cierto es que Sánchez cede una y otra vez ante quien es el peor enemigo actual de España: cedió en el Sáhara, cede en el narcotráfico y no defiende a Ceuta y Melilla.... ni a Canarias.

Y naturalmente, la inmigración, que está dirigida por Marruecos contra España. Tanto el Régimen alauí como Mauritania o Senegal, esta dos últimas controladas por el islamismo radical, son las verdaderas mafias que comercian con carne humana y lanzan a los irregulares, esclavos del siglo XXI, como balas humanas contra la atontada España, que no defiende sus fronteras de esta invasión más o menos oculta.

Esta es la situación y lo único sorprendente es que Mohamed VI, que aspira a hacerse con Ceuta, Melilla y, ojo, Canarias, no avanza más rápidamente en sus propósitos. Si el impedimento es Sánchez... entonces no hay impedimento.