Los sindicatos marxistas, conocidos como sindicatos de clase, en España el comunista CCOO y el socialista UGT, siempre tenían a mano el mismo insulto: huelga política. 

Llamaban así a toda movilización que persiguiera fines no laborales. Ello defendían a los trabajadores y se negaban a que utilizaran a los sindicatos con motivaciones políticas. 

Pues bien, CCOO y UGT han convocado nada menos que huelga general en favor de Palestina, asunto muy laboral, el próximo miércoles 15. Saben que no se van a jalar un rosco así que recurrirán a lo de siempre: si logramos paralizar el transporte, lo cual se hace con cuatro gatos -más la inestimable colaboración de Óscar Puente-, conseguiremos presentar la huelga en solidaridad con Palestina como un éxito, aunque saben que esta huelga es política y la solidaridad con la causa palestina no da para tanto.

 

Y encima, no se desconvoca la huelga, a pesar del acuerdo de paz para Gaza firmado en Egipto. 

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De hecho, el proyecto era tan absurdo que CCOO y UGT se han apresurado a destacar que lo suyo no es la huelga general sino paros parciales. Pero la CGT, por ejemplo, mantiene la huelga general. Y es que no se debe jugar con las palabras.