La polémica foto del Rey emérito, Juan Carlos I, con el príncipe con heredero saudí, Mohamed Bin Salmán, en Abu Dabi ha levantado una polvareda política en España, con críticas abiertas de Podemos y Ciudadanos, aunque el deseo del monarca no era otro que el de contribuir a la rehabilitación de su hija, la infanta Cristina.

Por ese motivo se ha desplazado con ella durante el fin de semana al pequeño emirato, un satélite de Arabia saudí, para ver en directo el Gran Premio de Fórmula 1,  y, despaso, dejarse ver juntos. Es la misma razón por la infanta acudió a Zarzuela, tras años de ausencia, para celebrar el 80 cumpleaños de la Reina Sofía.

Otra cosa es que aquella reunión sorpresa, preparada por el Felipe VI, no gustara a doña Letizia, fuera de control e inoculada de feminismo, mientras se empeña en decidir su propia agenda por su por su autoexclusión de lo que no le gusta.

Juan Carlos acudió al Gran Premio de Fórmula 1 para dejarse ver con su hija… pero se encontró con Bin Salmán

Un efecto colateral, en fin, como le ha ocurrido al Rey emérito por su encuentro con Mohamed Bin Salmán, sobre el que cuelga la acusación de ordenar el asesinato en saudí del periodista Jamal Khashoggi.

A esas razones se han acogido Podemos y Ciudadanos, a través de sus portavoces, Ione Belarra y José Manuel Villegas, para censurar al monarca, mientras el PSOE se ha desmarcado, por aquello de que entiende que ese encuentro “no era oficial ni estaba previsto en la agenda”. Deja las explicaciones, si hay que darlas, para la Casa Real.

Quien sí ha salido en defensa del Rey ha sido el ministro de Exteriores, Josep Borrell, que ha dicho que ese encuentro fue “casual”, aunque el Gobierno “no es responsable de la agenda del Rey emérito”. Lo más probable es que se encontraron y se saludaron, sin más, ha señalado durante tras un encuentro con su homólogo alemán, Heiko Maas.

Quien sí ha salido en defensa del Rey ha sido Josep Borrell, que ha dicho que ese encuentro fue casual

Ha aprovechado para decir que España, “sin hacer ninguna declaración, no ha vendido nada más” a Arabia Saudí desde “la crisis de las corbetas”.

Las reacciones de Belarra y Villegas, sin embargo, no han sido más divergentes. La dirigente de Podemos ha aprovechado para desempolvar que el Juan Carlos, como pidieron, debe dar explicaciones en el Congreso sobre sus negocios privados y su relación con el régimen saudí.

Sobre la fotografía, en concreto - difundida por medios saudíes-, ha dicho que daña la imagen internacional de España, cuando la propia CIA ha desvelado que fue el príncipe saudí quien ordenó matar a Khashoggi. Es el mismo motivo esgrimido por Villegas, para quien no era un buen momento, “ni para el encuentro y para esa foto”.