BBVA ha alertado al Gobierno de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias sobre las consecuencias de la subida del Salario Mínimo Interprofesional que pasó a ser de 900 euros en 2019. Cuando se aprobó la medida, el servicio de estudios del banco vaticinó que el impacto sería de entre 20.000 y 60.000 empleos menos, una horquilla que al final, según el propio banco, se ha quedado en 45.000 puestos de trabajo menos.

Nota al margen: el problema no el alza del SMI sino la subida de las cuotas, es decir, de los impuestos laborales. El Gobierno subió el SMI, que está muy bien, pero también subió las cuotas, lo que complica la contratación de trabajadores. Así lo ha dicho BBVA Research este miércoles, durante la presentación del informe 'Situación España': “Este resultado sugiere que el incremento del coste salarial habría impulsado un flujo hacia el trabajo por cuenta propia desde el empleo asalariado”.

Y eso en el mejor de los casos, cuando no hablamos de economía sumergida.

En sus previsiones sobre la economía española, el banco también alerta sobre el déficit, que podría cerrar 2019 en el 2,4% del PIB, cuatro décimas más de lo estimado. Son muchas décimas. Y si no hay reformas que corrijan el rumbo, el déficit se reducirá al 2,2% en 2020 y al 2% en 2021 gracias al crecimiento económico.

Más optimista es con el desempleo, que podría cerrar 2021 con una tasa del 12,5% después de crear 600.000 nuevos puestos de trabajo. El Banco de España estimó, a finales de septiembre, que el paro no bajaría del 13% antes de 2022. BBVA es más optimista, porque estima que la economía española crecerá un 1,6% este año (una décima menos que lo que estima el BdE) y un 1,9% en 2021, frente al 1,7% que vaticina el BdE.