El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, se ha columpiado con las nueve autopistas radiales rescatadas, pues costarán más de 2.300 millones de euros a los españoles. En su día, presumía de haber asumido la gestión, encomendándosela a la sociedad pública Seittsa, pero la factura saldrá cara y eso sin contar que el tema puede llegar a los tribunales, si así lo consideran los acreedores.

Y es que el Estado afrontará pérdidas por la gestión de las autopistas radiales, pues los gastos superarán a los ingresos, según estima Fomento. Se espera que los ingresos suban un 7,1% el próximo año, gracias al aumento de tráfico por el descenso del 30% en los precios de los peajes a partir del 15 de enero, pero no será suficiente para cubrir los gastos (a pesar de que estos bajarán un 5,6%).

Fomento estima un Ebitda negativo para los próximos cuatro años, pasando de 19,2 millones a 3,16 millones en 2022

De hecho, prevé un beneficio bruto de explotación (Ebitda) negativo para los próximos cuatro años, pasando de 19,2 millones a 3,16 millones en 2022. ¿Las razones? Los gastos, que variarán de 142 millones a 134,7 millones en el periodo, serán superiores a los ingresos (entre 122,8 millones y 131,59 millones).

A estas pérdidas continuadas, hay que sumar el pago de la famosa Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), que el Gobierno estimó en unos 1.800 millones en un principio, y ahora eleva hasta los 2.000 millones. Una cifra bastante alejada de los cerca de 4.000 millones que reclaman los acreedores -sobre todo, fondos de inversión que compraron dicha deuda a bancos nacionales- y cuyo primer pago (en concreto de un 30%) deberá afrontar en el primer trimestre del próximo año.

Y por si esto fuera poco, hay que sumar 317,61 millones en inversiones necesarias, sobre todo, en conservación y mejora (295 millones). Los 22,3 millones restantes se usarán en nuevos enlaces.