Los dos se llaman Carlos y los dos son... 'los otros': están muertos pero ellos no lo saben. Bueno, Carlos Mazón sí que lo sabe, pues tras una persecución encarnizada por parte del Gobierno y tras otro error garrafal de Núñez Feijóo, ha tenido que dimitir.
La cacería la ha montado el Gobierno de Pedro Sánchez, que lo ha hecho en la Gota Fría mucho peor, con más cobardía y con intención aviesa que el dimitido Mazón, pero nadie ha dicho que la política sea justa.
En todo caso, el presidente del BBVA, el otro Carlos, el no dimitido, no ha pagado lo que debe. Tras una OPA sobre el Sabadell, donde no ha podido cometer más errores, se ríe, con sonrisa eléctrica, me temo, de su posible dimisión y de la de su segundo, Onur Genç... pero los hechos son tercos y los mercados financieros inmisericordes.
¿Que por qué el Consejo de Administración de BBVA no fuerza la dimisión de Carlos Torres? Porque, como me dice un reputado ex miembro de ese órgano: "El consejo del BBVA está muerto"
Ni tan siquiera ha acertado el dúo Torres-Genç en su predicción de que si el BBVA no se hacía con el Sabadell, la entidad catalana se hundiría en bolsa. Pues no: aunque, como todo opado, el Sabadell sufrió un correctivo, el banco de Pep Oliu no se ha hundido.
Pero lo importante es que el desánimo cunde en el equipo directivo de 'La Vela', hasta degenerar en atonía castrante. Torres, aunque se aferre al cargo, tiene sus días contados. Se enfrenta a lo que en Hispanidad hemos llamado el triángulo de las Bermudas. Ahora mismo, y con ese desánimo reinante en la sede central de la carretera de Francia, las alternativas son tres, y todas pasan por la dimisión del actual presidente. A saber: caer en manos de Unicredit, caer en manos del Santander o caer en manos del PNV.
Si cae en manos de Andrea Orcel, España perdería a uno de sus grandes bancos.
Si cae en manos del Santander, el mayor banco de Europa seria español. Ahora bien, el problema para que Ana Botín absorba a BBVA es que se multiplicarían las razones alegadas por el Gobierno Sánchez para que no se hiciera con el Sabadell. Por evidente, no las explícito.
La última opción es regalarle el BBVA al PNV, que aún sueña con recuperar la 'vasquidad' de un banco que, según los abertzales burgueses, les arrebataron los españoles, con un tal Rodrigo Rato al frente. Y en este tercera opción, como hemos dicho, dos candidatos para sustituir a Carlos Torres: José Ignacio Goirigolzarri y Antón Arriola.
Y ojo: la promesa de aumento del dividendo, realizada para vencer en la OPA, pesa ahora como una losa sobre el futuro equipo gestor, sea el que sea. El que sustituya a Torres deberá empezar su labor con un 'profit warning' quinquenal
Y ojo: la promesa de aumento del dividendo de Carlos Torres, realizada para vencer en la OPA contra el Sabadell, pesa ahora como una losa sobre el futuro equipo gestor, sea el que sea. El que sustituya a Torres deberá empezar su labor con un 'profit warning' quinquenal.
Carlos Torres es el Carlos Mazón del BBVA. No hay que preguntarse si va a salir, sino cuándo y quién tomará el relevo.