El Tesoro Público español ha colocado este jueves 4.988,59 millones de euros en una subasta de deuda a medio y largo plazo, con una demanda que ha alcanzado los 11.151 millones de euros.

En bonos del Estado a 3 años, ha subastado 1.675 millones de euros, con un interés marginal del 2,171% (frente al 2,165% anterior).

En obligaciones del Estado a 10 años, ha adjudicado 1.602,058 millones, con un interés marginal del 3,205% (frente al 3,306% de la anterior subasta). 

En obligaciones del Estado a 20 años, ha vendido 1.221,285 millones, con una rentabilidad marginal del 3,762% (en comparación con el 3,903% anterior). 

Por último, el Tesoro ha adjudicado 490,250 millones en obligaciones del Estado indexadas a la inflación con una vida residual de 5 años y 4 meses, y en esta ocasión ha pagado el 0,818% de interés (en comparación con el 0,729% de la pasada subasta). 

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Decíamos ayer que, el 20 de junio pasado, el Banco de España publicó el estado de la deuda pública a cierre del mes de abril, cuando alcanzó los 1,663 billones de euros, un 3,5% más respecto al mismo mes del año pasado. En relación al PIB, esa cuantía supone el 102,7%, en comparación con el 105,2% respecto a hace un año. Pero muy lejos del 60% del PIB que establecen las medidas fiscales de la UE, aprobadas en Maastricht (aunque temporalmente en suspenso debido al gasto en defensa que los estados de la OTAN deben acometer).

También hay que recordar que, recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendaba a "los países con deuda alta y espacio fiscal limitado" -como España- unos "necesarios ajustes fiscales significativos para mitigar riesgos". En su comunicado, el organismo que dirige Kristalina Georgieva destacaba la necesidad de "garantizar una consolidación fiscal ordenada y favorable al crecimiento para abordar los riesgos específicos de cada país que es vital para preservar la sostenibilidad fiscal y gestionar las presiones de gasto asociadas con el envejecimiento (de la población) y el mayor gasto en seguridad".