Es la orden que han recibido los mandos de Telefónica: ¡Borrad a Pallete!, que no sea reconocible ninguna huella del anterior presidente. Una tontería porque los problemas que ahora enfrenta la operadora son de gestión y de modelo de negocio, y lo que tiene que hace Marc Murtra es un plan estratégico que nos diga, no el futuro del sector telecos en Europa, sino el futuro de la Telefónica.
Pero a la espera de un plan estratégico retrasado, lo cierto es que la única referencia de gestión consiste en reducir costes, una tarea que siempre resulta cara en un principio y que acaba por concretarse en despidos masivos.
Lo curioso es que colaboradores muy próximos a José María Álvarez-Pallete se han tomado muy en serio el borrado de la situación anterior, en una operación que recuerda el borrado de fotos de los dirigentes soviéticos cuando eran eliminados por el padrecito Stalin. Sobre todo, insisto, por los próximos a Pallete.
No obstante, existe una segunda operación de corte ideológico. El Grupo zapatista de Telefónica liderado por Javier de Paz y con el CEO, Emilio Gayo, en actitud de colaboración plena.
Ideológicamente, en Telefónica manda Zapatero y de la mano de Trini Jiménez, contacta con el Grupo de Puebla (heredero del igualmente hiperprogre Foro Sao Paulo) -al que Donald Trump ha hecho relación en distintas ocasiones- y no para de aplaudir.
El grupo de Puebla es otro subproducto del neocomunismo, esa ideología que ahora, más que de la dictadura del proletariado se preocupa de la ideología de género.
En definitiva, de la mano Zapatero en Telefónica adopta un perfil ideológico neocomunista y brutalmente enfrentado a los Estados Unidos de Donald Trump, con Lula da Silva como referente. Y no olvidemos que Lula es el regulador de la unidad de la operadora que mejor funciona ahora mismo... así como la más vendible, por trozos, claro está.
Mientras tanto, 'borremos a Pallete'. ¿Quiero esto decir que Zapatero y el equipo directivo de telefónica están convencidos de que Pedro Sánchez aguantará muchos años en Moncloa? Ni de broma, eso nadie lo puede asegurar. Ahora bien, tontos no son, y saben perfectamente que si Sánchez cae, ellos caerán. Simplemente se trata de aprovechar el momento.