Esta asediado por los casos de corrupción. Cualquier otro dirigente político habría dimitido, pero Pedro Sánchez no. Continúa impertérrito su proceso bolivariano de controlar, con dinero público se entiende, cualquier resorte de poder, también las empresas más representativas del partido.
Es la técnica bolivariana: consiste en llamar a la empresa que sufre problemas de liquidez y ofrecerle ayuda, a ser posible con la entrada en el accionariado. Si la compañía comete el error de entreabrir la puerta, el Gobierno se la come toda entera
Su actitud recuerda la famosa frase de Ronald Reagan: "Estas son las ocho palabras que más debe usted temer: 'Hola, soy del Gobierno y vengo para ayudar'".
El brazo ejecutor de esta política de Sánchez es el asesor económico de Pedro Sánchez, Manuel de la Rocha, amigo, entre otros, de los hermanos Escribano, sin el que no se explica nada de lo que está ocurriendo en Indra, donde el principal accionista, es la SEPI.
Manuel de la Rocha ofrece a empresarios comprar entre el 10 y el 20% de su empresa... para protegerles de los malos. Es más barato que concederles créditos ICO pero, naturalmente, el Gobierno exige estar presente en el Consejo, influir en la gestión... ¡nombra gestor a quien me venga en gana!
O sea, como en Telefónica. Su anterior presidente, José María Álvarez-Pallete, fue llamado a Moncloa y allí, De la Rocha le cesó... sin ningún poder en la compañía, por que sí, porque yo lo valgo. De república bananera. A un presidente de una empresa cotizada le echan los accionistas, como mucho, el Consejo de administración, no el ayuda de cámara del presidente del Gobierno. El asesor de Sánchez le cesó... ¿comprenden?
Y si es empresa regulada (bancos, eléctricas, telecos) el Gobierno se convierte en propietario y regulador del propietario. ¿Comprenden?
La técnica consiste en llamar a la empresa que sufre problemas de liquidez y ofrecerle poder entra en el accionariado. Como ésta entreabra la puerta, el PSOE acaba por controlar la compañía. Y si es un empresa regulada, el Gobierno se convierte en propietario y regulador del propietario: ¡Toma ya!
Pues bien, De la Rocha y sus chicos no paran: empresas cotizadas y no cotizadas, sobre todo sin asomo de liquidez. O la controla el Gobierno o algún partido amigo, de los del bloque de investidura, mismamente. Por ejemplo. No tienen más que pensar en Talgo, pero esto no ha hecho más que empezar.