El contexto de crisis mundial del automóvil no sólo está afectando a los fabricantes de vehículos sino a los de sus componentes, aunque no de la misma forma. Gestamp sigue acusando notablemente dicha crisis, por lo que no da alegrías a su primer accionista, la familia Riberas. Además, ha pinchado en bolsa (su cotización cae un 7,45%), tras dar a conocer que han bajado sus ingresos (-17,6%) y beneficios (-4,9%) en los nueve primeros meses.

El fabricante de componentes metálicos para el automóvil que preside Francisco José Riberas no está logrando sortear la citada crisis del sector, como sí está haciendo su competidor CIE Automotive, que además, también tiene a la familia Riberas como primer accionista, aunque en un menor porcentaje. Dicha familia controla, a través del holding Acek Desarrollo y Gestión Industrial, el 75,023% de Gestamp y el 15,693% de CIE Automotive.

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Gestamp ha reducido sus ingresos un 4,9% en los nueve primeros meses, hasta 8.486 millones de euros. En todo esto ha influido el impacto negativo de las divisas y el complejo entorno del sector, marcado por los volátiles volúmenes de producción, la presión de los aranceles y la incertidumbre regulatoria.

Eso sí, ha logrado contener el descenso de la rentabilidad. El resultado bruto de explotación (ebitda) se ha situado en 925,1 millones (-1,1%), incluyendo el impacto del Plan Phoenix -cuyo objetivo es mejorar la rentabilidad en la región de NAFTA (EEUU, Canadá y México)-; y el margen ebitda ha sido del 11%. El beneficio de explotación (ebit) se ha situado en 398,8 millones (-1,6%). Sin embargo, el beneficio neto ha caído un 17,6%, pasando de 126,8 millones a 104,5 millones.

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Ante los menores ingresos y beneficios, Gestamp ha tomado medidas para fortalecer su balance y desapalancarse. Por ello, lanzó una nueva emisión de bonos senior que vencen en 2030; el pasado julio, vendió una participación minoritaria en cuatro de sus filiales inmobiliarias al Banco Santander por 246 millones, así como activos en EEUU y en Alemania. De esta forma, no sólo ha mejorado el balance, sino que ha reducido deuda neta hasta los 2.106,8 millones y ha situado el ratio de deuda sobre ebitda en 1,6 veces, siendo el menor en el periodo de nueve meses desde que Gestamp debutó en bolsa el 7 de abril de 2017.

“Nos enfrentamos a un entorno de mercado complejo derivado de las incertidumbres regulatorias y la volatilidad en los volúmenes de producción”, ha referido Francisco José Riberas Mera (61 años). Un contexto en el que “nuestro foco es mantener y fortalecer nuestro perfil financiero en una industria en profunda transformación, mejorando la rentabilidad mediante rigurosa eficiencia operativa y un estricto control de costes y fortalecer nuestro balance mediante la optimización del endeudamiento”, ha añadido el presidente ejecutivo de Gestamp. Y por cierto, no hay que olvidar que en la compañía se han empezado a dar pasos hacia una futura sucesión: Francisco José Riberas designó a su hija Patricia Riberas López (34 años) como consejera ejecutiva de Gestamp, donde trabaja desde 2018 y actualmente ejerce como responsable de la Oficina de Excelencia Operacional.

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Y por cierto, los malos resultados de Gestamp no han sido el único golpe que han recibido los hermanos Riberas Mera (Francisco José y Juan María -también conocido como Jon-) en las últimas horas. Y es que en la reciente actualización de la lista de ‘Los 100 españoles más ricos de 2025’ elaborada por Forbes, que sigue liderando Amancio Ortega, ambos han perdido posiciones, pese a incrementar sus respectivas fortunas (de 1.450 millones) en 150 millones: Francisco José ha descendido al puesto 30 y su hermano al 32.