Cepsa ha publicado de buena mañana sus resultados a nivel consolidado a cierre del tercer trimestre, un periodo en el que nos menciona en su nota de prensa que han empeorado las principales magnitudes que componen su cuenta de resultados respecto al mismo trimestre de 2022. Esto no es nada nuevo, ya saben que el año 2023 está siendo la hecatombe para la petrolera, eso sí que no se achaque todo a la guerra en Israel, ya que también fue muy mala la evolución del resultado en anteriores periodos (primer trimestre y primer semestre, cuando dicho conflicto no había empezado) por culpa del abaratamiento del precio del petróleo y del impuestazo energético del Gobierno Sánchez. Veamos qué ha ocurrido esta vez, aunque también hay que tener en cuenta que la comparativa se realiza respecto al mismo periodo del año pasado, cuando todas las petroleras sacaban provecho de los altos precios del crudo: en el tercer trimestre de 2022 el precio del barril de Brent (el de referencia en Europa) cotizaba a 100,9 dólares y en el mismo periodo de este año lo ha hecho en 86,8 dólares. 

 

El resultado neto, según la normativa internacional IFRS (también llamada NIIF), al cierre de los nueve primeros meses ha alcanzado unas pérdidas de 116 millones de euros (M€), si bien inferiores a las reflejadas a cierre del primer trimestre (-297M€) y a las del primer semestre (-393M€), lo que parecer indica que el grupo está mejorando en lo que llevamos de 2023. Sólo en el tercer trimestre, la petrolera que es propiedad en un 61,5% del fondo soberano de Abu Dabi -Mubadala- y en un 38,5% del fondo de inversión estadounidense The Carlyle Group ha logrado un beneficio neto en formato IFRS de 278M€, un 96% superior al de hace un año (142M€), pero al mirar la evolución de los nueve primeros meses dicha bondad trimestral se va al traste. Y es que el resultado neto ha caído un 112%, pasando de uno positivo de 982M€ a uno negativo de 116M€. Cepsa ha mencionado que este desplome se debe principalmente a la aplicación del impuesto extraordinario que grava a las empresas energéticas en España, el cual ha provocado una salida de fondos por importe de 323M€. Sin embargo, debemos aclarar esta información que transmite el grupo ya que no es del todo correcta: cierto es que el impuesto ha afectado a su resultado de manera importante, como hemos visto, pero el descenso de la cifra de resultado neto entre períodos proviene principalmente de un decremento muy abultado del resultado bruto de explotación (ebitda).

El ebitda se ha hundido en un 53%, a 1.165M€, sobre todo por los menores volúmenes del negocio de Exploración y Producción, tras la venta de los activos de Abu Dabi y el abaratamiento de los precios del petróleo y del gas

El ebitda de la petrolera se ha hundido en un 53%, pasando de 2.492M€ a 1.165M€. Y claro, según vamos avanzando en la cuenta de resultados, esta evolución negativa se acentúa. Como veremos a continuación, la reducción de ebitda entre períodos viene claramente afectada por los menores volúmenes del negocio de Exploración y Producción (denominado upstream en el sector petrolero), tras la venta de los activos de Abu Dabi (emirato del que, curiosamente procede su principal accionista), y también el menor precio del petróleo y del gas natural que se ha dejado sentir en los resultados de la mayoría de las petroleras (incluso Aramco, con la excepción de la portuguesa Galp).

Relacionado

Cepsa divide su negocio en cuatro unidades principales: (i) exploración y producción, (ii) energía, (iii) química y (iv) corporación. En el área de negocio más importante (exploración y producción), el ebitda ha caído en un 68%, hasta los 442M€, frente a los 1.397M€, debido principalmente a un descenso del precio del crudo en un 22%. Respecto a la unidad de negocio de energía, su ebitda ha descendido en un 25%, pasando de 881M€ a 660M€. Respecto al ebitda de las otras dos unidades de negocio -química y corporación-, ha tenido bajadas del 44% y del 15%, respectivamente. Es decir, el ebitda de la petrolera que dirige Maarten Wetselaar ha sido menor en todas las unidades de negocio que hace un año.

Finalmente toca tratar de manera breve la capacidad de generar liquidez. El grupo sigue aumentando su liquidez -definida como caja y activos líquidos, más líneas de crédito comprometidas disponibles- entre los períodos intermedios de 2023 de manera comparativa con los mismos períodos de 2022. Parece que es lo único que aumenta en el grupo. En los nueve primeros meses, la liquidez ha pasado de 3.803M€ a 4.162M€, lo que supone un incremento de un 9%, siendo esto un indicativo de que la petrolera dispone de más activos líquidos para hacer frente a sus pasivos. Siempre es bueno que un grupo aumente su liquidez e importante, si bien es aún más importante el detalle del origen y el destino de esa liquidez. Detalle que, como ya viene siendo costumbre, Cepsa no nos ha facilitado por lo que no podemos dar respuesta a dicha disyuntiva. Eso sí, podríamos tener ciertas pistas de dicho destino porque las inversiones orgánicas han aumentado un 23%, hasta 439M€, en los nueve primeros meses; también ha ampliado sus descuentos en carburantes; y más recientemente, ha anunciado su entrada en el segmento de gasolineras low cost con la compra de Ballenoil

 

Sin embargo, sí ha publicado su indicador deuda neta/ebitda, el cual refleja cómo ha variado su ebitda de acuerdo con la deuda neta y es un fiel indicativo de la capacidad que tiene el grupo para afrontar su deuda neta. Si la ratio deuda neta/ebitda aumentase entre períodos, nos indicaría que Cepsa ha empeorado su situación frente a sus acreedores incrementando así el riesgo de que la misma pueda ser pagada. Y hay más malas noticias, porque la petrolera que dirige Wetselaar ha elevado su ratio deuda neta/ebitda en los nueve primeros meses, debido principalmente a una reducción muy importante del ebitda, como ya hemos visto. El hundimiento del 53% en el ebitda no ha podido ser compensado con la disminución de deuda neta que ha sido apreciada y en concreto ha sido de un 11%, pasando de 2.790M€ a 2.488M€.

Conclusión: malos primeros nueve meses de 2023 para Cepsa, siguiendo la senda descendente vista en anteriores períodos intermedios. Unas cuentas muy similares a las observadas en el primer trimestre y en el primer semestre, con descenso muy pronunciado del ebitda y evolución negativa de su resultado. Pero tranquilos, no ha sido todo malo: la liquidez ha mejorado en un 9%, aunque no así su capacidad de generar liquidez respecto a su deuda neta medida a través del indicador deuda neta/ebitda.