Insistimos en el argumento sarcástico que resume la gestión actual de Telefónica:
-Hay que hacer algo.
-Esto es algo.
-Hazlo.
-Bueno, pero ese algo es una estupidez...
-Es igual, hazlo.
Y así, un día nos enteramos de que Marc Murtra pretende ampliar capital y en los pasillos del Distrito C argumentan que para "reducir deuda". Oiga, se amplía capital para invertir, no para reducir deuda. Es cierto que se puede aprovechar una acción a la baja pero insisto: ampliar capital para reducir deuda es como vender el coche para comprar la gasolina.
Y sobre todo: el problema de la actual Telefónica no consiste en reducir deuda, que ya se había reducido bastante con Pallete, sino en aumentar ingresos.
Por otra parte, que la solución a los problema de la operadora consista en comprar Vodafone España... pero si eso va a endosar más deuda a la compañía. Además, ¿qué aporta Vodafone a Telefónica? Sólo clientes.
De hecho, con los rumores de una absorción de Vodafone España, la única acción que se dispara es la de Zegona, propietaria de Vodafone España, en la bolsa de Londres. Zegona ya vale 10.000 millones de euros y, naturalmente, se dispone a vender caro, muy caro, a la operadora de que preside Marc Murtra. ¡Menudo negocio! Todo ello por no hablar de los problemas que pueda interponer la CNMC.
En cualquier caso, el anuncio, presuntamente filtrado por la propia dirección de Telefónica, acerca de una ampliación de capital, ya provocó una caída en bolsa del acción del 6%. Y, aquí viene lo peor, nadie responde de nada. Porque la segunda nota distintiva de la actual Telefónica es que nadie tiene culpa de nada.
El ejemplo más vergonzante es el del propio Consejo responde que no pide cuentas de nada... ¿o es que no se entera de nada?
Y así con todo: un día se nos dice que estamos saliendo de Iberoamérica pero las ventas de filiales en el mundo hispano resulta que no aporta caja sino pérdidas... así que a lo mejor paramos. Y entonces, ¿para qué vendiste?
Eso sí, la culpa de todo la tiene Álvarez Pallete.
Sorprende que ese Consejo no diga esta boca es mía. Digo, porque en él hay pesos pesados, como Peter Löscher, consejero independiente coordinador, además, a quien se le suponía una fuerte personalidad y nada que perder, condiciones suficientes como para formular preguntas incómodas al presidente, Marc Murtra, y al CEO, Emilio Gayo.
Ahora bien, ¿por qué parece que a Telefónica le ha mirado un tuerto? La respuesta está en estas cuatro palabras: José Luis Rodríguez Zapatero. Es él quien manda en Telefónica y sus órdenes son ejecutadas por los hombres que aparecen en la imagen: Javier de Paz, consejero permanente -no se alarmen: se trata de una nueva categoría de consejero-; Emilio Gayo, consejero delegado de todo el grupo pero subordinado de Paz en la jerarquía zapaterista; y José Miguel Contreras, el señor de la imagen, que pretende colocar en Movistar+ todos los productos de vídeo que no ha logrado colocar en ningún otro sitio.
En el Distrito C se sigue hablando de un posible recambio de Marc Murtra para octubre, es decir, tan sólo nueve meses después de su elección. Porque, o sale Murtra o sale todo el Zapaterismo... y los zapatistas están más apalancados que Murtra
Es decir, por la compañía mira pocos peor por su interés personal miran muchos, en el Distrito C y todos los 'importantes' son hombres de confianza de ZP.
Para entendernos, no es la secretaría de Estado norteamericana, que también, ni la Cámara de Representantes, que también, quien investiga a ZP. No: se trata de la mismísima DEA, la agencia antidroga norteamericana, quien considera a ZP connivente con "el mayor traficante de drogas del mundo", un tal Nicolás Maduro.
Es decir, que la arremetida, me temo que en parte justificada, de los gringos contra ZP va más allá del caso Huawei, con ser eso grave y atacar directamente, no ya al expresidente, sino al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los cachondos de los empleados del Distrito C calificando a su centro de trabajo como China Town.
Y no aparece que Marc Murtra, que es de Sánchez, no de Zapatero, vaya a coger la riendas de la compañía, por el momento. Al parecer no quiere perder su sueldo que supera los 7 millones de euros. En el plan estratégico ya pocos creen, antes de nacer, y, en cualquier caso, el Sanchismo está en final de ciclo, absolutamente enloquecido. En el entretanto, en los pasillos de la central de Telefónica la solución consiste ¡en echarle la culpa a Álvarez-Pallete pero esa terapia tiene una vida corta.
A ver si llega un momento en que el llamado núcleo duro -cada uno con un 10% del capital-, SEPI, los árabes y Criteria, caiga en la cuenta -o acepte, en el caso de la estatal SEPI- que el barco va a la deriva y que hay que cambiar al piloto... o a los pilotos. No es broma, se sigue hablando de un posible recambio de Marc Murtra para octubre, es decir, tan sólo nueve meses después de su elección. Porque, o sale Murtra o sale todo el Zapaterismo... y, a día de hoy, lo segundo es más difícil que lo primero.