Ya han pasado más de 24 horas desde que el BBVA solicitó a la CNMV mejorar la oferta por el BBVA. Tranquilos, el organismo que preside Carlos San Basilio tiene hasta tres días hábiles de plazo para dar su visto bueno a la modificación del folleto. Se conoce que la tarea es ardua y compleja. La oferta anterior, que fue actualizada por el reparto de dividendos de ambas entidades, era un 10% inferior, esto es, de una acción del BBVA por cada 5,5483 del Sabadell, más 0,70 euros en efectivo.
La prima ha vuelto al terreno positivo, pero mínimamente, de tal manera que la OPA sigue siendo muy poco atractiva para los minoritarios del Sabadell que, además del mega dividendo por la venta de TSB, tienen una vinculación con la entidad vallesana que va más allá de lo estrictamente económico.
Por cierto, la brusca corrección bursátil del Sabadell el lunes, se corrigió este martes y el banco cerró con un alza del 1,56% frente a la del BBVA que fue del 1,25%, con un Ibex menos impetuoso que sólo subió un 0,5%.
En este contexto, todos estamos pendientes de lo que decida Blackrock. El fondo que dirige Laurence Douglas Fink, Larry para los amigos, posee el 7,1% del BBVA y el 7% del Sabadell. Es el máximo accionista de ambas entidades y su decisión será clave para el resto de institucionales, incluido el mexicano David Martínez, dueño del 3,5% del Sabadell.
La OPA está siendo interminable, y más que lo podría ser si el BBVA vuelve a cambiar de opinión y rebaja el umbral mínimo de aceptación al 30%. Es la única cuestión que ha dejado abierta el banco vasco. Lo cierto es que, llegados a este punto, a Torres le interesa extender la OPA en el tiempo: un posible adelanto electoral jugaría a favor del BBVA aunque, de momento, esa opción sigue siendo remota y el Gobierno sigue apoyando al Sabadell.