Caperucita podría ser un hombre y no necesariamente roja

 

La estupidez de Bibiana Aído no tiene límites, pero tampoco es original. Ahora sale con que quiere que los cuentos infantiles no sean sexistas. Como lo leen. Lo que pasa es que llega con 20 años de retraso. Esa moda de retorcer la infancia nació entre los progres y las feministas americanos hace 20 años. Y un cachondo respondió con un libro titulado Cuentos infantiles políticamente correctos. Te partes de la risa. El libro está fechado en 1994, así que fíjense si llega tarde Aído.