Nuria Calvo es una conocida youtuber española que hasta hace unos meses vivía en el estado de Florida, concretamente en Miami. Desde Estados Unidos narraba su día a día y curiosidades que se encuentraba en el país, por ejemplo, cuando denunció que en los supermercados se vendía el medicamento para combatir sobredosis de fentanilo.
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Nuria se mudó con su familia a Estados Unidos porque allí había terapias más innovadoras y más favorables para tratar la parálisis cerebral infantil que tenía uno de sus hijos. Ha mostrado sus mejoras y su vida, haciendo partícipes a todos sus seguidores, pero la cosa se torció cuando en noviembre fue diagnosticada de un cáncer de mama, noticia que les hizo tomar la decisión de volver a España para pasar este difícil momento cerca de su familia. Con lo que no contaba Calvo y su familia es con hecho que está a la orden del día en nuestro país: los inquiokupas.
Ella misma cuenta su historia en su canal de Youtube:
"Imaginaros que tu vienes con todas tus maletas, con tus hijos pequeños menores de edad, y quieres entrar en tu casa... pero resulta que no puedes porque hay un señor que, aunque por contrato debería haberse ido hace meses, ha decidido que no se va", "eso es lo que nos ha sucedido a Sebas (su marido) y a mi".
"La realidad supera a la ficción", añade el matrimonio que sigue en su asombro por lo que han vivido, "En uno de nuestros peores momentos de nuestra vida, nos pasa esto", comienzan contando. Pasan a explicar su situación, aclarando que hablan de su primera y única vivienda, que decidieron alquilar al mudarse de país, y es que pensaban quedarse en Florida por muchos años. Pese a sus planes, sí que incorporan en el contrato de alquiler varias cláusulas por las que podía recuperar la vivienda, puesto que es la única que tienen y, si tenían que regresar a España, tenía que vivir ahí.
Dieron cinco meses de aviso al inquilino, "vamos a tener un problema", fue la respuesta de éste. Ellos le explicaron su complicada situación y Pepe, el inquilino, les dice que "le da igual su situación", que le viene mal buscar casa, que no encontraba ninguna vivienda como la de ellos. Aclaran que Pepe, que vivía solo y que tiene 50 y pico años, contaba con un buen salario y una buena posición financiera.
El matrimonio explica que su inquilino era un estupendo inquilino hasta que le dijeron que se fuera, negándose a hacerlo, dejando de contestar a sus mensajes y llamadas. Nuria y Sebas se ven con un cáncer, dos hijos menores y con una visa en un país que se caduca en un mes... y su única casa okupa por su inquilino, para colmo, su abogado les comunica que esto se puede alargar un año.
Es entonces cuando el inquilino les pide dinero para irse. "El tenía claro qué quería pedirnos, claramente me dijo que le teníamos que dar dos meses de alquiler y no pagar ni los gastos ni el último mes de alquiler"... "y encima confiar que el día 31 él iba a irse y dejar las llaves el día pactado".
El matrimonio habla de la seguridad con la que habla el inquilino, abogado, que sabía perfectamente de lo que hablaba y con las bazas que contaba. "Por suerte, abandonó la casa". "Ha sido una de las situaciones más complicadas que hemos vivido".