Vox ha registrado en el Congreso, una iniciativa que se presentará también en el resto de instituciones para la protección de la dignidad de las mujeres y la seguridad ciudadana en el espacio público: «La sociedad española no puede aceptar que se elimine la identidad de las mujeres». 

El partido de Abascal ha expresado su preocupación por las consecuencias de una política de fronteras abiertas del Gobierno que produce la importación de hábitos y comportamientos ajenos a los de las sociedades occidentales.

Señala que el modo de vida propio de Occidente, basado en principios como la libertad, la justicia, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, el imperio de la ley y la protección del bien común, está amenazado por la imposición de costumbres islamistas en el espacio público español. De este modo, se asegura que normalizar hábitos como el uso del  burka (que oculta el cuerpo y la cabeza por completo,  dejando una pequeña abertura  de malla a la altura de los ojos)  o niqab (un velo que cubre la cara de algunas mujeres musulmanas, dejando solo una abertura para los ojos) «supondría admitir como corriente una costumbre que es sencillamente incompatible con el modo de vida de nuestra civilización».

Una vez más, recurrimos al periodismo ciudadano, el de las redes sociales, donde, en este caso, una tuitera, musulmana, explica qué se esconde tras el uso de estas vestimentas.

Vox recuerda además, que países como Francia en 2010, Bélgica en 2011, Austria en 2017, Dinamarca en 2018, Países Bajos en 2019 y Suiza en 2021 han llevado a cabo consultas populares para restringir el uso de prendas que ocultan el rostro humano en el espacio público, por razones de seguridad, dado que bajo tal vestimenta no se puede conocer la identidad de la mujer que la lleva. Además, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró en su sentencia de 1 de julio de 2014 que estas medidas tienen «una justificación objetiva y razonable».

Los de Abascal aseguran que esta cuestión refleja «la imposición de la ideología islamista, caracterizada por la intolerancia para con otras creencias y costumbres, y el peligro que representa una ideología incompatible con el modo de vida occidental». La sociedad española, continúa la formación, «no puede aceptar que, al amparo de una ideología ajena y hostil a Occidente, se pretenda eliminar la identidad de las mujeres de la vida social, con el consiguiente ataque a su dignidad como personas».

 

Y, ojo, porque, ya lo hemos visto en alguna ocasión, bajo la excusa del respeto a la cultura islámica, en el uso de, por ejemplo, el hijab (el pañuelo con el que las mujeres musulmanas se cubren la cabeza) se producen también ataques a nuestra civilización, que es la cristiana. 

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Por cierto, visto también en redes sociales, donde la misma tuitera a la que nos hemos referido en las líneas anteriores destaca la presencia de una militante con hiyab entre las filas de asistentes a una intervención de Feijóo...