Día tras día publicamos casos de okupación y mostramos la caradura y la impunidad de los 'vulnerables' protegidos por el Gobierno, que carga a los ciudadanos con la responsabilidad de mantener a los que no pueden acceder a una vivienda por su gran Ley de Vivienda. Es lo que llamamos 'el escudo social del Gobierno'. Ayer miércoles les contamos el caso de Elisabeth, que ha entrado en este selecto club.
Hoy es un vecino de Gavá en Barcelona el que ha entrado a formar parte de ese escudo y se ha visto obligado a pagar pagar 17.000 euros para poder recuperar su vivienda tras meses de okupación ilegal.
Una okupa extranjera recibe 17.000€ por abandonar la casa que estaba okupando.
— Marc Cívico ✝️ (@marc_civico) November 11, 2025
Es urgente que VOX llegue al gobierno para cambiar las leyes y acabar con esta locura.#vox #gava #voxgava #soloquedavox #okupa pic.twitter.com/F3IfK8Od83
El caso, a ojos de Vox, demuestra "la injusticia y el abandono al que se ven sometidos miles de propietarios en España por culpa de las políticas permisivas del bipartidismo”. El portavoz del partido, Marc Cívico, ha asegurado que "Este caso no es una excepción, sino una muestra más de cómo el Estado protege a los okupas en lugar de defender a las familias trabajadoras que han luchado toda su vida por tener una casa".
El caso fue destapado por 'En Boca de Todos', que hablaba con la familia que veía como su padre de 86 años tenía que vivir con su okupa y sus tres hijos: "Ángel tiene 86 años, es dependiente y no le queda otra que convivir... ¡Le okupan la casa y tiene que convivir con el okupa y sus tres hijos!", se indignaba Nacho Abad.
Todo comienza cuando una chica se presenta con una "situación muy mala con su hija" y le pide a Ángel "Una obra de caridad por tres meses", mientras él tenía que irse a otro lugar al ser dependiente y tener que ser cuidado. En ese tiempo, la exmujer de Ángel le pide vender la casa y cuando todo estaba listo, la okupa se niega a irse.
"Se están aprovechando de él, está en una situación muy delicada", señalaba el hijo del propietario. "Yo quiero que se vaya, que deje a mi padre en paz. Que nos está generando un problema", "Le hemos ofrecido hasta dinero, 5000 euros, y ha dicho que no, que ella quiere un piso. ¡Un piso nos pide! ¿De dónde saca mi padre un piso?", al final ha aceptado 16.000 euros. Ser okupa, sale rentable.