En Moncloa y en Ferraz no les gusta que sea un jurado el que decida sobre doña Begoña Sánchez, esposa de don Pedro Sánchez... o así. Pero hombre, ¡si el jurado es un invento socialista! Ya saben, en el imaginario de la izquierda... ¡lo más cercano a la justicia popular!

Y servidor, que no es del PSOE, también lo cree así, pero comprende que en Moncloa estén preocupados. Porque lo de doña Begoña más que a ilegal suena a inmoral. Y el pueblo tiene más olfato para lo inmoral, al igual que los profesionales de la justicia lo tienen para lo ilegal. 

El pecado de doña Begoña consistió en pretender convertirse, aprovechándose de que es la esposa del presidente del Gobierno, en la filántropa número uno del mundo mundial. Y hasta para filántropa hay que estar preparada, saber algo, además de disponer del dinero de los demás.

En cualquier caso, "si hablamos de moral, preguntad al pueblo", aseguraba Chesterton, por muy confundido o incluso degenerado que esté, la moral iguala a todos porque es ley natural. Cuando se trata de moral, el pueblo es más duro y más profundo que los jueces, porque el pueblo aplica la intención, los jueces sólo los hechos. 

¿Lo de Begoña y Pedro es una cuestión moral? Por supuesto, resulte o no ilegal. Así que comprendo que Moncloa huya del jurado para encausar a doña Begoña. Pero no debería.