Cuando defiendes algo por ideológia y sin ningún tipo de base o justificación pasan cosas como esta.

Nick Kyrgios se enfrenta a Aryna Sabalenka, él hombre y ella mujer, el 671 del mundo, lesionado y al borde del retiro, y ella número 1 de la categoría femenina. ¿Y qué pasó? Pues que Kyrgios aplastó a Sabalenka, 6-3, 6-3.

Pues El País escribe su crónica y la titula: "Kyrgios gana la falsa batalla de los sexos del tenis a Sabalenka en Dubái". Y comienza: "de imponente altura, magnífico saque, toque de seda, precario estado físico e indolencia, juega a golpes de capricho. Acelera y arrolla, lifta y saca de la pista al rival, pero se asusta por la facilidad con la que gana los puntos y levanta el pie, reduce la velocidad del saque y envía bolas al otro lado de la red como haría un entrenador para que el jugador de enfrente ensaye los golpes más difíciles. El juego se iguala, y el marcador, y parece que hay partido. Enfrente no tiene a un jugador, sino a una". Vaya, El País deja entrever que el jugador se deja ganar algún punto porque compite contra una mujer, y claro, eso es una desigualdad de condiciones. 

De hecho, llegan a admitir en su crónica que la tenista "Juega en el filo. Es su única oportunidad ante un hombre. No es suficiente". Vaya, El País reconociendo las ventajas físicas de un hombre en el deporte, insinuando que es imposible la victoria por la propia desigualdad. Cuando el mismo País se echaba encima de la propia Sabalenka hace una semana cuando la número 1 aseguró que era injusta la participación de mujeres trans, nacidas hombres, en las categorías femeninas. 

Relacionado

Y es así como El País se echa encima todo su argumentario ideológico en una sola pieza.