A diario contamos casos de okupación, pero ninguno parecido a este. Fernando narra su historia en En Boca de Todos, vino a España en busca de oportunidades y logró llegar a ser chef.
Con lo que ahorró con su trabajo decidió comprarse una casa, vivienda que puso a su nombre y el de su pareja. El negocio crecía y un amigo suyo entra a trabajar con él, decisión de la que se arrepiente cada día. Su amigo y empleado se lía con su novia y se meten de okupas en su casa.
Todo comenzó al descubrir la infidelidad. Fernando fue notando cosas que no cuadraban: "Trabajábamos todos juntos y poco a poco empecé a ver cosas raras y a atar cabos. Ese verano, mientras yo trabajaba, ella no paraba de salir de fiesta y regresaba a las nueve de la mañana".
Cuando destapó el engaño, él se vio obligado a irse de casa, y ya lleva tres años fuera, tiempo en el que su expareja okupa su vivienda con su amigo como pareja: "Al mes ya estaba el que era mi amigo viviendo con mi expareja en la casa".
Fernando atiende a los medios con Piedad, su madre, que confiesa que la pareja de su hijo nunca le gustó: "No me daba buenas vibraciones, su cara no era de tener buen corazón". "Él tenía planes para hacer una vida y formar una familia y ella no". Declaraciones que hacen que el presentador le pregunte si ella sospechaba la infidelidad: "Sí, desde el principio. Yo misma le dije delante de él y de ella lo que pensaba, pero mi hijo estaba enamorado y no me hizo caso".