En Hispanidad les hablamos del ciudadano sueco Per, que narraba su desesperación ante la inacción del Gobierno y con la legislación española ante los okupas de su edificio.
Per, al igual que los españoles, empiezan a cansarse. ¿Recuerdan lo ocurrido en Cancienes hace unos meses? Un hombre decidió okupar una vivienda, pese a que la casa estaba cerrada por riesgo de derrumbe. Los vecinos, hartos de los altercados que provocaba el okupa, y viendo que nadie ponía solución, tapiaron la vivienda con el okupa dentro.
La solución funcionó y el okupa llamó a la Policía para que le ayudaran a abandonar la vivienda. Por lo que la estrategia fue copiada en Alguazas, un municipio en Vega Media del Segura, Con apenas 10.000 habitantes consiguieron echar a 100 okupas sin intervención judicial, ni burocracia, ni chantajes. Así, Per decidió poner en práctica la técnica.
Es presidente de una comunidad, pese a que uno de los okupas quería el puesto, y cuenta que tras la muerte de su vecina hace varios años, el piso que tenía en propiedad fue okupado y es la herencia de su anterior dueña la que sigue pagando los suministros. La única solución que vieron posible fue tapiar la puerta del piso.
Y el okupa ve esto como una falta a su derecho a okupar y ha denunciado a la Comunidad de vecinos por tapiar la puerta: "Estamos encantados con la denuncia que nos han puesto porque enseña más claramente el problema de la legislación en el país en este momento", declaraba Per a Espejo Público.
Per además señala otra falta de coherencia con los okupas en España. Cuando él estaba buscando poner solución, no le dieron legitimidad para denunciar al okupa por no ser el propietario de la vivienda. Sin embargo, los okupas sí han podido denunciar: "Esto es el mundo al revés y eso es lo que tenemos que cambiar. Es totalmente absurdo".
"Al okupa sí que le hacen caso, con eso no hay problema", concluía..