Nerea cuenta su historia, enseña a la televisión su casa, pero desde la calle, puesto que no puede subir a la vivienda al estar en manos de su okupa. Su inquiokupa se llama Nabil, y lleva casi dos años viviendo a su costa y sin pagar el alquiler.
Al principio era distinto, pagaba puntualmente. Los problemas empezaron cuando ella le comentó que quería independizarse e iba a necesitar la casa. La reacción fue violenta asegurándole que "no te voy a pagar", "De aquí me va a sacar un juez", dijo.
Así, Nerea dejó de recibir el alquiler, pero ella sigue teniendo que pagar los gastos, luz, agua, comunidad, y la hipoteca, más de 800 euros al mes, mientras vive en casa de sus padres sin poder mudarse a su propiedad porque "Va todo muy lento", se queja. La deuda ya asciende a 16.000 euros, "nadie te ampara, la ley está mal hecha, está a favor de este tipo de personas".
Pero la cosa no acaba ahí, el 'simpático' Nabil le ha enviado un vídeo a Nerea amenazándole con destrozar el piso si lo echa: tira el televisor al suelo, lo rompe y asegura: "Luego pasamos a la pared, te vas a encontrar con paredes de playa, si te encuentras paredes tienes mucha suerte".
Ella le denunció y estaba previsto que en julio fuera el desahucio, pero Nabil es 'simpático' y avispado y se sabe la ley española: así, presentó recurso de vulnerabilidad, por lo que se paralizó el proceso. Mientras, Nerea asegura que su okupa "vive a todo tren, se ha comprado un coche de lujo y le compra a su hijo todo lo último en tecnología".
Un okupa envía un vídeo a la propietaria en el que le amenaza con destrozarle la casa si algún día logra entrar. Ese individuo lleva sin pagar casi 2 años, le debe 16.000€ y ella todavía no ha podido echarle. Está pasando en Estepona #STOPokupas
— Jali #STOPokupas (@jaliroller) September 14, 2025
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"Él no paga el alquiler porque no quiere", asegura Nerea, al tiempo que ella no tiene trabajo ni ingresos. Nabil tiene un restaurante, del cual tampoco paga el alquiler, pese a que mal no le va, puesto que el negocio está ubicado en un lugar estratégico, en pleno puerto de Estepona. Los negocios de alrededor aseguran que siempre está lleno, cualquier día de la semana.
Por lo que, Paco, hijo de los propietarios, también denuncia la situación, al haber recibido amenazas: les debe 17 mil euros, aseguran haberse portado bien con él, que incluso "le hemos renovado el contrato debiéndonos dinero".