"¡Ha llegado el momento, el 2 de diciembre voy a la cárcel por 10 días!", cuenta el proio Emanuel Brünisholz en sus redes sociales.
Es ist soweit, am 2 Dezember gehe ich in den Knast für 10 Tage! pic.twitter.com/yjDAkntrUh
— Emanuel Brünisholz (@EmanuelBrn22173) September 19, 2025
¿Su delito? Afirmar en redes sociales que "sólo existen hombres y mujeres". Fue en diciembre de 2022, en respuesta al parlamentario Andreas Glarner con un comentario en Facebook: "Si desentierras a personas LGBTI dentro de 200 años, sólo encontrarás hombres y mujeres por sus esqueletos. Todo lo demás es una enfermedad mental promovida en las escuelas".
Activistas de género corrieron al amparo del odio y lo denunciaron bajo el artículo 261bis del Código Penal suizo, una norma contra el odio racial y religioso, pero ampliada en 2020 para incluir la "identidad sexual". Brünisholz fue interrogado por la policía en agosto de 2023 y declarado culpable de "menospreciar públicamente" a personas LGBT.
El tribunal impuso una multa de 500 francos suizos (unos 535 euros), que si no pagaba se convertirían en diez días de presión, Brünisholz recurrió sin éxito, por lo que se le impuso otra tasa judicial de 600 francos. Ahora, el 2 de diciembre irá a prisión.
Este caso es un nuevo ejemplo de que vivimos, en 2024, en la era de la blasfemia contra el Espíritu Santo: asegurar que el mal es bien y el bien es mal. Es la inversión de valores más grave y más grande de toda la historia. En el caso de la ideología trans ya no es que tenga derecho a ser trans y tienes que respetarme por ello, sino que si no entras a jugar con mis reglas, por ejemplo, aceptando que siendo hombre he decidido ser mujer, y tienes que referirte como tal a mi, irás a la cárcel y perderás tus ahorros y propiedades.