Un inmigrante africano ha torturado y violado a una joven italiana de 22 años en la ciudad de Sassari, en Cerdeña. El agresor grabó parte de los hechos y envió las imágenes a la madre de la víctima, en lo que los investigadores describen como una acción deliberada destinada a intimidar y generar pánico.

Según La Gaceta, la alerta la dio precisamente la madre, que, tras recibir el vídeo, contactó de inmediato con la policía. A partir de ese aviso se activó un operativo urgente que permitió a los agentes localizar a la joven dentro del domicilio del sospechoso, donde fue rescatada aún con vida, aunque completamente desorientada y gravemente lesionada. Según los sanitarios, la joven presentaba signos evidentes de haber sido sometida a una violencia extrema, aunque los detalles clínicos se mantienen bajo reserva. Pese a ello, los médicos del hospital lograron estabilizarla y han confirmado que su vida no corre peligro.

Cuando la policía irrumpió en la vivienda, el hombre se resistió con tal fuerza que los agentes tuvieron que recurrir a una pistola táser para inmovilizarlo y proceder a su detención. Las autoridades han subrayado que no se trata de un individuo desconocido: acumula un historial delictivo notable y los investigadores trabajan con la hipótesis de que la agresión estuvo motivada por una supuesta deuda pendiente que el detenido habría exigido a la víctima.