Ayer se celebró el juicio contra el sacerdote barcelonés Custodio Ballester, acusado de un supuesto delito de odio por criticar al Islamismo radical en un artículo publicado en 2016, bajo el título 'El imposible diálogo con el Islam', en el que en el que, entre otras cosas, denunciaba: "El islam no admite diálogo. O crees, o eres un infiel que debe ser sometido de una manera o de otra". Añadía: "En los países donde los musulmanes tienen el poder, los cristianos son brutalmente perseguidos y asesinados. ¿De qué diálogo hablamos pues?". Y recordaba: "Las minorías cristianas de países con mayoría musulmana como Siria o Irak son obligados a pagar la Jizya para evitar ser asesinados o esclavizados".

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Por este artículo, en 2020,  fiscal delegada de Delitos de Odio de la Fiscalía Provincial de Málaga, María Teresa Verdugo, le acusó de un presunto delito de odio, por el que pedía para el sacerdote 3 años de cárcel.

El delito de odio está recogido en el artículo 510 del actual Código Penal:  "Serán castigados con una pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses: a) Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquel, por motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, aporofobia, enfermedad o discapacidad".

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Se da la circunstancia de que, en mayo de 2025,  María Teresa Verdugo fue nombrada por el Consejo de Ministros sanchista como presidenta de la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y la No Discriminación.

A la salida del juicio, en declaraciones a Infocatólica, el padre Custodio Ballester valoraba así la vista oral: "Según mi abogado, técnicamente, el juicio ha sido impecable. Creo que si cumple la lógica jurídica debería haber absolución. Si se mete la política puede ser otra cosa…". "Ni hemos incitado a la violencia ni a la discriminación. La entrevista versaba sobre el yihadismo en Cataluña, no sobre cada uno de los musulmanes del mundo, que los hay muy distintos". Y respecto a las manifestaciones de apoyo que ha recibido, señalaba: "Creo que la gente se ha dado cuenta de que los fiscales han llevado el delito de odio a unos extremos ridículos. Sólo por hablar piden las mismas penas que por delitos gravísimos como abusos sexuales o agresiones físicas terribles. Un verdadero despropósito que solo se entiende como medio de amenaza y control social: el único discurso permitido es el que dicta el poder en cada momento".  

Y no le falta razón...