La retirada de la Cruz de Ribalta (Castellón) se acometera a instancias de la Conselleria de Calidad Democrática para cumplir con la Ley 52/2007 de 26 de diciembre de Memoria Histórica, tras confirmar el monumento como «vestigio franquista», como en el caso de otras cruces ubicadas en distintos puntos de la geografía española: desde Cáceres hasta Córdoba, pasando por el País Vasco, en Baracaldo

Una vez tomada la decisión, ahora según recoge la memoria del 'Proyecto de Recuperación del Jardín de la Cruz del Parque Ribalta' al que ha tenido acceso EL MUNDO, el traslado de la cruz hasta un almacén municipal se antoja complicado. Y es que su estado de conservación amenaza ruina debido a la oxidación por carbonatación de su estructura de hierro. Según dicho informe: "en general, el conjunto del monumento se encuentra en buen estado de conservación". Ahora bien, "no es el caso de la Cruz que sí que presenta una patología, consistente en una lesión electroquímica del hormigón armado del que se compone" la obra. La corrosión, pues, de la armadura del crucifijo, "comporta una pérdida de resistencia mecánica en el hormigón armado y, si no se repara, su tendencia va en aumento y es motivo de ruina".

Al parecer, la previsión de los tres socios del Acord del Fadrell es la Cruz en uno de los almacenes municipales del antiguo cuartel Tetuán 14. Hasta allí se transportará mediante un camión-grúa de 7 metros de longitud, después de cortar el fuste del crucifijo por la base y protegerla, previamente, «con un entablillado». Dadas las circunstancias, ¿habrá valorado el tripartito municipal la posibilidad de que la cruz se desmorone antes de trasladarla?

En cualquier caso, todo este proceso sería innecesario de respetar la voluntad de gran parte de los castellonenses, tal como informa el PP en el municipio: "No es un símbolo del franquismo. No lo es desde el año 1979, por más que la alcaldesa de esta ciudad se haya empeñado en derribarlo, con el fin de perpetuar una división de los castellonenses que estaba superada, y mantener un debate político de frentes que solo se sustenta por el deseo de agitar fantasmas del pasado de hace más de 40 años. La Cruz del Parque Ribalta es un símbolo religioso, el de los católicos, que además forma parte de un monumento que está dedicado a todas las víctimas de la violencia. En todas sus formas, pero única, porque la violencia es violencia se mire por donde se mire y venga de donde venga".