Han tenido que pasar 26 ediciones ñoñas pero a la vigésimo séptima ha caído: el Congreso de Católicos y Vida Pública, que lidera la expolítica vasca María San Gil -que abandonó la política, no por el miedo a ETA, todo lo contrario, sino por miedo a la degeneración ideológica de su partido, del PP- ha introducido la Adoración al Santísimo como una de las 'actividades' en la vigésimo séptima edición.
Un Congreso que empezó hace 26 años con una fuerza extraordinaria. Intelectuales y jóvenes católicos que exigían coherencia a sus políticos, sobre todo al PP de entonces enlodado en aquella brillante estupidez que fue el centro-reformismo de don José María Aznar.
Pero fueron pasando los años y las ediciones y el Congreso se aburguesó y con ello se anonadó. Ahora, la condición de católicos resucita con la iniciativa de la Adoración al Santísimo, que hace maravillas. Ya sólo falta lo de Vida Pública... cristiana. Pero el cimiento ya está puesto, el resto es fácil siempre que el organizador, la universidad San Pablo-CEU, es decir, los Propagandistas, no se duerman en los laureles y sean valientes.
He de reconocer que Alfonso Bullón de Mendoza, el 'number one' de la ACdP, se merece un aplauso, al que unir otros por el lanzamiento del diario digital El Debate, del que yo esperaba mucho menos y me encuentro mucho más, y el de las campañas de publicidad rompedoras. Mi enhorabuena.