Hace unas semanas les contamos que una ciudadana británica advertía, en un medio inglés, sobre la okupación en España: "No compréis viviendas, la ley está de su lado" (del lado del okupa), ahora es un ciudadano sueco, Per, el que no sale de su asombro.

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Lleva años denunciando la okupación de una vivienda de su edificio, en concreto desde 2014 sufre allanamientos, incendios provocados y numerosas intervenciones policiales.

Ya van once años pidiendo ayuda a diferentes administraciones, sin obtener respuesta, lo que le ha llevado a enviar una carta al Parlamento Europeo. Cuenta su desesperación ante la inacción del Gobierno y con la legislación española: “Hemos pasado miedo porque el piso ha sido un foco de narcotraficantes, que no son los vecinos más agradables del mundo”.

Para su sorpresa, la caradura okupa llega aún más lejos, y denuncia que uno de los okupas: “Quería llegar a presidir la comunidad de vecinos”.