Que Inmaculada Colau vive y se desvive por los más vulnerables nunca lo ha ocultado la regidora barcelonesa. Es tal su desvelo que ahora se dedica, según libremercado, a, en vez de favorecer el desarrollo de obra nueva y cumplir con la construcción de los 8.800 pisos de "alquiler social" que había prometido, comprar viviendas privadas a precio de oro e incorporarlas después al parque de domicilios controlados por el consistorio.

Por ejemplo, operaciones como la compra de una finca de obra nueva ubicada en pleno barrio de Gracia y valorada en 4,9 millones de euros. Esto supuso un gasto de 450.000 euros por vivienda. O la adquisición de un inmueble ubicado en la calle Balmes a cambio de 8,3 millones de euros, cifra equivalente a 360.000 euros por cada unidad. Por comparación, las viviendas públicas desarrolladas por el consistorio suponen un desembolso de entre 97.000 y 128.000 euros cada una, de modo que el Ayuntamiento de Barcelona paga entre tres y cuatro veces más de lo normal por cada domicilio que incorpora al parque municipal de vivienda.

Esta semana ha trascendido una nueva operación de este tipo. Esta vez, Colau ha cerrado una operación valorada en 4 millones de euros que supondrá la incorporación de once viviendas a la propiedad del consistorio, a cambio de un gasto inicial de 365.000 euros por unidad. Esta cifra se elevará presumiblemente hasta los 525.000 euros por unidad una vez se complete la rehabilitación a la que será sometido el edificio, puesto que desde el poder municipal se ha anunciado un desembolso de 1,8 millones de euros para dicho propósito.