En esRadio, Santiago Abascal, líder de Vox, decía: “Vox es un partido diferente al PP y a Cs, ellos lo han querido dejar muy claro porque de hecho gobiernan juntos en Andalucía, en Murcia y en Madrid donde no han querido que Vox formase parte de los gobiernos, han llegado a un acuerdo con Cs, a Vox no le ha llamado nadie. Ahora bien, si a Vox le llama para hablar de ilegalizar partidos separatistas”, “de recuperar competencias esenciales para el Estado, de poner en cuestión esa injusticia, ese privilegio que es el concierto económico y de contener la inmigración ilegal en sitios como el País vasco, donde hay una gran preocupación, estamos dispuestos a hablar. Pero es que no nos han llamado, al contrario, el PP ha sido capaz de ponerse de acuerdo en el Congreso con PSOE y con Podemos para repartirse las presidencias de 33 comisiones parlamentarias y no han sido capaces de ponerse de acuerdo entre ellos, por ejemplo, para evitar un gobierno comunista. Pero para excluir a Vox, para que Vox no tenga representación, para que Vox que es un partido que ellos entienden que es competencia electoral no tenga posibilidades y tenga menos visibilidad se ponen rápidamente de acuerdo”.
Abascal se ha mostrado este martes dispuesto a llegar a acuerdo con el PP en Galicia si sus votos son necesarios para formar Gobierno tras las elecciones del 5 de abril. Y si el presidente de la Xunta y candidato de los 'populares', Alberto Núñez Feijóo, mantiene su negativa a hablar con Vox, Abascal ha sugerido que "igual" la solución es que se retire y deje paso a otro compañero.
En cuanto al País Vasco, a su juicio, los 'populares' han caído en un "nacionalismo o regionalismo" en ciertas comunidades autónomas que hacen que sea cada vez más diferente con Vox. Por ello, él no tendría problema en sentarse a negociar si se abre la puerta a asuntos como la ilegalización de los partidos separatistas, la recuperación de competencias por el Estado, al contención de la inmigración ilegal o "poner en cuestión" el cupo vasco.
Abascal no tiene sin embargo "ninguna prisa" en estudiar estos acuerdos y ha recordado que las elecciones generales fueron hace tan solo tres meses, aunque hayan sido "tres meses durísimos" en los que se ha formado un Gobierno "ilegítimo" que además cree que va camino de convertirse en "ilegal" porque "está dispuesto a pisotear la Constitución y las leyes".
Y ha censurado también a la ministra de Igualdad, Irene Montero (a la que se ha referido en todo momento como "la mujer de" Iglesias), por "atacar con saña" a las diputadas de Vox en el Congreso "diciendo que mientras ellos gobiernen se van a ocupar de educar a los hijos de los miembros de Vox". "Será por encima de nosotros", ha avisado.
El líder de Vox también ha lamentado el deseo de lo público de entrometerse en la esfera privada y ha asegurado que hay un despacho de abogados al que se ha exigido tener un 50 por ciento de su consejo de administración formado por "personas diversas". "Eso es algo que hay que contener. El totalitarismo no quiere ninguna diferencia entre el espacio público y el privado", ha alertado.