Resumen de tertulias y entrevistas en radio y TV (17/06/2019)

En RNE, Teodoro García Egea decía: “El partido que hable solo de sillones está defraudando a la ciudadanía. Tenemos que hablar de programa y de cómo desarrollarlo con las personas idóneas, demostrando que podemos ponernos de acuerdo”.

“A quien se plantee si el PP debe abstenerse, le animo a ver el pleno del sábado en Badalona. Albiol ganó ampliamente las elecciones pero el PSOE pactó con independentistas y radicales. Hay que ser coherente en toda España y luego hablar”.

“Ver hoy a Puigdemont en el Congreso sería una sorpresa, pero cualquiera sabe después del espectáculo que están dando los independentistas”.

El nuevo alcalde de Burgos, el socialista Daniel de la Rosa, que ha logrado el cargo gracias a que los concejales de Vox se votaron a sí mismos ha señalado que han demostrado que tienen palabra y le pide al PP que tengan un poco más de respecto por lo que se ha votado en clave local y que ejerzan una oposición responsable. "Los señores de Vox el otro día demostraron que tienen palabra, se votaron a sí mismos y provocaron que haya un gobierno de progreso". Ofrece además a Ciudadanos que se sume a su gobierno. "Mi objetivo es durar los cuatro años de legislatura. Mi voluntad es que el líder de Ciudadanos se sume al nuevo gobierno".

En Onda Cero, Fernando Ónega señalaba: “Pablo Casado les ha ganado a todos. Le ganó al PSOE, porque los pactos aumentaron su poder municipal mucho más de lo que corresponde a sus resultados electorales.

El equipo negociador ha sido mucho más eficaz que los equipos de sus adversarios. Pero a Ciudadanos le ganó por partida doble. Le ganó en el reparto de poder, porque de la negociación con el Partido Popular Rivera solo obtuvo las alcaldías de Palencia, Badajoz y Granada, y alguna de ellas de forma rotatoria.

Y le ganó en imagen, porque dejó a Ciudadanos en un papel confuso, sometido a una crítica feroz sobre su papel, su ideología y con la duda de si está siendo utilizado para blanquear a Vox, aunque lo niegue insistentemente, pero con escasa credibilidad.

De todos los partidos que quedan obligados a una severa reflexión, el primero es Ciudadanos. Pablo Casado ha conseguido dar la vuelta a la situación. Rivera le regaló vida después de la depresión de las elecciones, que hicieron pensar que Casado era un líder provisional y ahora es un líder consolidado. Rivera pierde vida política propia por los efectos de su participación en los pactos.

Y lo más curioso: los reproches políticos y mediáticos, nacionales y extranjeros, por las alianzas con Vox, no las recibe el Partido Popular, que es quien negoció de verdad; las recibe Ciudadanos y personalmente Rivera, desde Francesc de Carreras a Macron, pasando por mucha opinión publicada. Es la víctima propiciatoria. Le espera una ardua tarea de recomposición”. 

En Onda Cero, Carlos Alsina comentaba: “Viendo cómo queda el mapa de las alcaldías, salta a la vista que al PP se le dan mejor las negociaciones que las elecciones. Ha conseguido que Ciudadanos le haga de costalero en casi todas partes sin que ello les haya reportado a los naranjas sillones relevantes. No, desde luego, los de las principales alcaldías en juego, excepción hecha de Granada y de Melilla, seguramente la más controvertida de las presidencias autonómicas porque la va a desempeñar Eduardo de Castro, el único diputado de Ciudadanos en la Asamblea local (1 de 25) que, además, ignoró las instrucciones de Rivera y se postuló como aspirante aglutinando los votos del PSOE y de Coalición por Melilla, la formación izquierdista de Aberchán. Otro escenario donde el pacto PP-Ciudadanos naufragó por la rebeldía de los cuadros locales naranjas.

El PP le gana la carrera de los pactos a Ciudadanos y se la gana a Vox, que después de tanto amagar con la ruptura si no se les trataba con guante de seda y se les incluía en los gobiernos ha tragado con votar al que en cada sitio tocaba (excepto en Burgos) sin que Ciudadanos haya levantado el veto a que tengan concejalías. Casado, Egea y Maroto han rentabilizado con éxito los magros resultados de un partido menguante”.

En Onda Cero, Rubén Amón se preguntaba: “¿Qué es más doloroso para Carmena, perder la alcaldía, entregársela a Almeida, la ingratitud del pueblo madrileño o la frustración de haber dejado a medias la transformación de la sociedad? Cuatro años más, y nos convierte en ciudadanos ejemplares.

¿Cuándo va a reconocer Ada Colau que es alcaldesa únicamente porque lo ha decidido Manuel Valls?

Burgos será socialista gracias a la traición de un concejal de Vox. ¿Le organizará Ortega Smith un consejo de guerra? Otra ciudad, no sé. Pero Burgos, joder, Burgos.

¿Pondrías vuestro divorcio, vuestra herencia, vuestra renovación contractual en manos de los negociadores de Ciudadanos? No cabe botín más exiguo de las negociaciones con el PP.

¿Y no os parece que Ciudadanos ha sacado mejor partido de sus pocas negociaciones con el PSOE que de las muchas negociaciones con el PP? Ahora será más evidente la llamada a la abstención en la investidura de Sanchez.

¿Se puede permitir Rivera salvar la cabeza de Sánchez después de haber salvado la de Casado?”.

En la SER, Pepa Bueno destacaba: “Hoy pasamos de pantalla, los Ayuntamientos abren sus puertas con sus nuevas corporaciones, se ha repartido el poder, se ha consolidado el bloque de las tres derechas, PP y Ciudadanos han normalizado gobernar con los ultras de Vox, lo disfracen como lo disfracen. Ciudadanos le ha regalado a Pablo Casado y al Partido Popular lo que los ciudadanos no le dieron en las urnas. Y pagando el peaje de meter a la extrema derecha en las instituciones. Albert Rivera de momento, no hace acuse de recibo del coro interplanetario que le pide que recapacite.

El PSOE tiene menos poder institucional que votos obtuvo el 26 de mayo pero, manda en plazas muy significativas y ha recuperado una porción importantes de los cinturones rojos de Madrid y Barcelona.

En Barcelona, muchos progresistas de los 'comunes' empiezan a entender ahora en qué consiste el hostigamiento independentista a todo catalán que no dice o hace lo que ellos quieren.

Madrid vuelve a ser un laboratorio donde el tripartito tiene que demostrar si se atreve a revertir las políticas contra la contaminación que exige e implementa toda Europa. Ahora dejarán sin efecto Madrid Central. Es verano y nos vamos de vacaciones. Veremos qué pasa en invierno con las calefacciones funcionando y el tráfico a tope.

Así comienza la semana en la que se activa otro tablero, el de las Comunidades Autónomas, y veremos si se reproduce en la formación de gobiernos regionales la férrea línea ideológica que ha marcado la alianza Casado-Rivera-Abascal.

Porque luego habrá que investir un Presidente y sacar adelante un gobierno de España. Si los líderes, si estos señores, porque son cinco señores, son incapaces de tener gestos de responsabilidad más allá de sus personalísimos intereses, si después de haber votado cuatro veces en 28 días obligan a este país a volver a las urnas, lo que lastiman ya es la democracia, porque muchos se preguntarán para qué sirve votar”.

En la SER, José María Izquierdo afirmaba: “Esto de los pactos, cuando menos, nos ha traído alguna cosa entretenida, como asistir al pornográfico espectáculo de ver cómo unos y otros se desnudaban delante de todo el país. Ahora los conocemos tal que si los hubiéramos parido. ¿O acaso tienen ustedes, por ejemplo, alguna duda de quién defiende sus principios morales, éticos o políticos, y quién es un chufla capaz de vender por una concejalía a su madre, a su padre, a su esposo o esposa, y hasta al niño que está en la cuna?

No, claro que no, que les hemos visto decir que yo con ese no negocio mientras firmaban papeles a mansalva, poniendo a su disposición vidas y haciendas. Y encima de tapadillo, como si el resto de la humanidad fuera tan estúpido como lo son ellos mismos y se creyera sus paparruchas. Es verdad que en estos días ha habido pequeños tramposos pero también gigantescos farsantes, y para nadie debe ser una sorpresa que esta modestísima sección elija como gran triunfador en este duro combate al portentoso, al sublime, al inigualable Albert Rivera, otrora excelso paladín del reformismo, el centrismo y el liberalismo, hoy monaguillo de Casado y limosnero con Abascal. Pero aún nos queda el trago de la investidura, y a lo mejor hay que añadir algún otro nombre al catálogo de los malos y malísimos. ¡No cierren el cuaderno!”.

En la COPE, Ignacio Camacho decía: “El sábado se vivió un cambalache que degrada la imagen de la política y que debería de solucionarse con una segunda vuelta para evitar que la negociación legítima de los votos de los ciudadanos se convierta en el mercado negro de la política. El mapa de poder que ha quedado configurado se parece a un factor de compensación frente al giro a la izquierda que se perfila en el Gobierno. Y tercero: hay en marcha una operación de presión sobre Cs para que gratuitamente acceda a investir a Sánchez para que luego se pueda dedicar a gobernar con Podemos y los nacionalistas. Esta es una operación impresentable porque el candidato es el que tiene la obligación de buscarse esos apoyos y no ha hecho un solo gesto para conseguirlos, excepto ofrecerle a Podemos un Gobierno de cooperación”.

Jorge Bustos apuntaba: “Si Sánchez realmente quiere es dar un paso de gigante y convertirse en un estadista, que haga una oferta real a Rivera y le diga: vamos de verdad a cogobernar España para cambiarla, para afrontar una serie de reformas, para sentarnos en el pacto de Toledo, las pensiones, el nacionalismo”. “Él lo que quiere es que le haga presidente gratis para luego con Pablo Iglesias y los nacionalistas…”. 

Antonio Jiménez explicaba: “Creo que hay gente dentro del PSOE que dice que el que tiene que mover ficha es el presidente, el que tiene que buscarse los votos y los apoyos. Y si realmente quiere contar con Cs, de entrada tiene que ofrecerle algo fundamental, algo que está reclamando además Cs: que no se indulte jamás a aquellos que puedan ser condenados” y “que baje los impuestos, por ejemplo. Es algo que ha venido repitiendo de una forma constante Rivera en sus campañas”. “Aquellos que están acusando al PP de haber abdicado de una de sus ideas primigenias, que era que gobernara la lista más votada hay que recordarles que aquí Rajoy ofreció al PSOE una reforma de la ley electoral para evitar que nadie que haya salido tercero o con un concejal pueda presidir una comunidad o un Gobierno municipal. Por qué no se plantea de una puñetera vez la doble vuelta: reforma electoral”.