Cada vez está más cerca la Navidad, un tiempo de bondad y esperanza que recuerda el nacimiento de Jesús y que celebramos rodeados de familia y amigos, etc. También va acabando 2025, en el que la Iglesia Católica ha celebrado el Jubileo de la Esperanza, y de nuevo, hay que fijarse propósitos para el nuevo año. Claro que hay quienes los tienen ya muy claros y que van más allá de 2026, pues tras salvar más de 4.000 vidas con incubadoras, ahora toca garantizar que ningún bebé prematuro pierde la vida precisamente por la falta de incubadoras.

Eso es lo que ha conseguido y a lo que aspira la ONG Medicina Abierta al Mundo (hoy Medical Open World). Todo ello para intentar acabar con un gran problema mundial, porque cada año, 1,5 millones de bebés prematuros (nacidos vivos antes de haber completado 37 semanas de embarazo) mueren por no tener acceso a una incubadora debido a su alto coste. De hecho, la prematuridad es la primera causa de mortalidad en niños menores de cinco años. Esto es algo que sufren, sobre todo, muchos países en desarrollo, porque las incubadoras comerciales pueden llegar a costar 35.000 euros y eso impide su disponibilidad, haciendo que muchos recién nacidos deban estar en cajas de cartón o envueltos en papel de aluminio en su lucha por sobrevivir.

Medical Open World ha logrado reducir el coste de producción a sólo 1.500 euros y, gracias al apoyo de voluntarios y a las donaciones de empresas y asociaciones solidarias, las ofrecen por el coste de los materiales (350 euros por unidad)…

 

Por todo ello, esta ONG española ha desarrollado una incubadora de código abierto, por lo cual comparte comparte la tecnología para construirla (sus planos y hoja técnica se pueden descargar desde su página web); y también es de bajo coste. De hecho, han logrado reducir el coste de producción a sólo 1.500 euros y, gracias al apoyo de voluntarios y a las donaciones de empresas y asociaciones solidarias, las ofrecen a otras organizaciones sin ánimo de lucro solamente por el coste de los materiales (350 euros por unidad)… y además, si se corrobora que una ONG u hospital necesita ayuda económica, se les ofrecen gratuitamente.

Pero, ¿cómo surgió todo este proyecto que da tanta esperanza a miles de bebés prematuros presentes y futuros? En 2015, el joven Alejandro Escario estudiaba ingeniería biomédica en Madrid y como proyecto de fin de carrera diseñó una incubadora neonatal accesible, pensada para países con pocos recursos, en el Fab Lab Madrid CEU (laboratorio de fabricación digital de la Universidad CEU San Pablo). El prototipo se desarrolló con la colaboración de esta Universidad y del famoso instituto tecnológico Massachusetts Institute of Technology (MIT, por sus siglas en inglés), que tiene una red global de Fab Labs, fue reconocido en varios foros y fue liberado como tecnología de código abierto para que pudiera ser replicado y adaptado libremente.

Alejandro Escario, estudiante de ingeniería biomédica, diseñó una incubadora neonatal accesible y el prototipo se desarrolló con la colaboración de la Universidad CEU San Pablo y el MIT en 2015. Dos años después, se unió el ingeniero Pablo Sánchez Bergasa

 

Dos años después, el joven ingeniero navarro Pablo Sánchez Bergasa se unió, tras leer una noticia sobre el invento (In3ator). “Vi que aquel proyecto se caía porque, debido a circunstancias personales o profesionales, algunos de los impulsores se habían desvinculado y me pareció que era algo demasiado bonito como para dejarlo escapar”, según contó en una conversación con El Mundo. Sánchez Bergasa aportó una mirada renovada y una profunda vocación social,… y los primeros ejemplares de la incubadora portátil salieron para hospitales africanos en 2018. El año siguiente, con la ayuda de su familia, fundó la ONG Medicina Abierta al Mundo con el objetivo de consolidar la producción y la distribución de la actual IncuNest (antes llamada In3ator).

En 2020, ampliaron la capacidad de producción gracias a una alianza con los salesianos, que empezaron a fabricarlas con sus estudiantes en su centro de Formación Profesional de Pamplona y después han extendido dicha labor a otros nueve centros de España. En esto ha contribuido Alfonso Gordillo, jefe del Departamento de Mecánica de Salesianos Pamplona, que en el otoño de 2021 empezó a presentar el proyecto a los otros centros salesianos, como el de Salesianos Los Boscos de Logroño. Allí, al mostrar un vídeo de dos hermanos que habían usado las primeras cunas hechas en Pamplona por alumnos y profesores de FP, afirmó: “Esto es verdad, cada vez que lo veo se me ponen los pelos de punta”. Asimismo, subrayó que “los alumnos se han implicado muchísimo en el proyecto. Al principio costó un poco porque parecía mucho trabajo por hacer. Nosotros recibimos unos planos, había que hacer todos los programas de control numérico, eso implicó que todos los alumnos se pusieran manos a la obra con los profesores. Y la satisfacción ha sido total”.

La IncuNest ofrece a un bebé prematuro de un país de bajos recursos las mismas posibilidades de supervivencia que a uno de un país desarrollado

 

La IncuNest tiene un diseño compacto, se puede desmontar completamente para ser transportada fácilmente y pesa 12,5 kg. Sólo necesita poco más de 130 vatios (W) de potencia y funciona tanto con corriente eléctrica alterna como continua, permitiendo su uso hasta con baterías de coche o fuentes de energía alternativas, adaptándose a lugares que no tengan acceso eléctrico estable. La IncuNest tiene control automático de la temperatura del aire y de la piel del bebé, ayudando a prevenir hipotermia e hipertermia; mantiene unos niveles adecuados de humedad relativa; y su conectividad a Internet permite el seguimiento de parámetros vitales y genera alertas sonoras y visuales si se produce cualquier irregularidad. Asimismo, posee un módulo de fototerapia para tratar la ictericia (coloración amarillenta de piel, ojos y mucosas, causada por un exceso de bilirrubina en la sangre); la cama tiene una inclinación del 8% para favorecer la respiración y digestión; el colchón es hidrófugo (resistente al agua) y antiescaras. Todo ello para ofrecerle a un bebé prematuro de un país de bajos recursos las mismas posibilidades de supervivencia que a uno de un país desarrollado.

En la misión de la ONG Medicina Abierta al Mundo también está contribyendo bastante la ONG Ayuda Contenedores, que colabora con otras organizaciones sin ánimo de lucro para enviar materiales a zonas en vía de desarrollo. De hecho, su logística y las alianzas con los salesianos y más de 60 ONGs han permitido que más de 220 unidades de IncuNest estén activas en más de 30 países (incluido Ucrania, que está en guerra desde el 24 de febrero de 2022) y se estima que han ayudado a salvar la vida de más de 4.000 bebés con sus más de 30.000 horas de funcionamiento en entornos clínicos, zonas rurales y hospitales con infraestructura limitada.

A principios de este año, Sánchez Bergasa dejó su trabajo en una empresa electrónica para dedicarse en exclusiva a la fabricación y distribución de las incubadoras portátiles. Meses más tarde, fue galardonado con el Premio Princesa de Girona Social 2025, que recibió de la Princesa de Asturias y de Girona, Leonor de Borbón, el pasado 23 de julio. Desde la Fundación Princesa de Girona, se destacó que se le concedió el galardón por “perseguir sus sueños con pasión y entrega, por su incansable vocación de transformar y salvar vidas, y por su profundo compromiso social. Su generosidad al compartir conocimiento, su apuesta por el código abierto y su empeño en romper barreras inspiran a quienes le rodean y demuestran que la innovación puede estar al servicio de la humanidad”. Un reconocimiento para IncuNest que se suma al Premio Empresa Social 2025 y a los que ha recibido desde que surgió hace una década (entre ellos, el de Mejor Proyecto Médico-MIT Global Fab Awards).

Pablo Sánchez Bergasa recibió el Premio Princesa de Girona Social 2025, por “perseguir sus sueños con pasión y entrega, por su incansable vocación de transformar y salvar vidas, y por su profundo compromiso social”

 

Hoy, Medical Open World es una organización en crecimiento, que tiene un equipo de soñadores comprometidos con la igualdad de oportunidades en el acceso a la tecnología médica y que quieren garantizar que ningún bebé prematuro muera por falta de una incubadora. Sus valores son: la dignidad humana, porque cada vida importa… independientemente de dónde nazca, la innovación abierta, la solidaridad, la transparencia y el compromiso. Se puede colaborar con la ONG de varias formas: haciéndose socio, realizando una donación puntual o siendo voluntarios en el caso de los ciudadanos; mientras que las empresas, fundaciones y organizaciones pueden convertirse en patrocinadoras o aliadas. Y todo ello para dar más esperanza y salvar la vida de los bebés prematuros en países con escasos recursos.