Cuatro altos asesores del primer ministro británico, Boris Johnson, dimitieron el jueves a raíz del escándalo ‘Partygate’ de Downing Street.

Downing Street anunció en un comunicado vespertino que había aceptado las renuncias de Martin Reynolds, el secretario en jefe de Boris Johnson, quien envió un correo electrónico a unas 100 personas invitándolos a una fiesta en mayo de 2020, y su jefe de gabinete, Dan Rosenfield, un año después de asumir el cargo, recoge Noticias del Mundo.

El anuncio de las salidas fue precedido por las de Munira Mirza, directora de política de Downing Street, y el jefe de comunicaciones Jack Doyle, quien supuestamente estuvo en una de las fiestas infractoras.

Después de disculparse una vez más por las reuniones durante una sesión en el parlamento el lunes, Johnson acusó al líder del Partido Laborista, Keir Starmer, de permitir que el difunto pedófilo y exestrella de la BBC Jimmy Savile escapara de la justicia cuando era jefe de la fiscalía del Reino Unido. El propio Keir Starmer acusó a Boris Johnson de repetir «teorías de conspiración fascistas para ganar puntos políticos baratos».

Mirza dijo que su renuncia se debió a que Johnson hizo una acusación «engañosa» contra el líder de la oposición cuando se defendía en el Parlamento el miércoles luego de la publicación de un informe interno condenatorio sobre las reuniones de ruptura del bloqueo de Downing Street que destacaban «fallas de liderazgo».

Este no fue el corte y empuje habitual de la política; fue una referencia inapropiada y partidista a un caso horrendo de abuso infantil

Por su parte, el director de comunicaciones Jack Doyle le dijo a su personal que siempre había tenido la intención de irse dos años después de asumir el cargo en 2020, inicialmente en un puesto subalterno, y que su vida familiar había sufrido mucho por el escándalo en los últimos años, según el tabloide Daily Mail.

Mirza, que había estado trabajando para Johnson durante 14 años, incluso cuando era alcalde de Londres, escribió en su carta de renuncia que «no había una base justa o razonable para esa suposición». «Este no fue el corte y empuje habitual de la política; fue una referencia inapropiada y partidista a un caso horrendo de abuso infantil. Hoy trató de aclarar su posición pero, a pesar de mi insistencia, no se disculpó por la impresión engañosa que dio», añadió.

El escándalo por las fiestas ha debilitado severamente a Johnson con la oposición, así como con varios miembros de su propio partido conservador, que piden su renuncia.