España y Filipinas es una pintura al óleo sobre madera, obra del ilustrado, propagandista, héroe nacional y pintor filipino Juan Luna. Se trata de una representación alegórica de dos mujeres juntas, una que representa a España y la otra a Filipinas. La pintura, también conocida como España guiando a Filipinas, es considerada como un gran legado que los filipinos heredaron de los españoles.
El origen del descubrimiento de Filipinas es consecuencia del descubrimiento de América y de la búsqueda, por parte de la Corona española, de nuevas rutas que llevasen a las islas de las especias. Manila, fundada por Legazpi en 1571, se estableció como capital de la entonces denominada Nueva Castilla y pasó a ser el centro neurálgico del comercio mundial en el área Asia-Pacífico.
Convertida en centro de la primera globalización del planeta a través del Galeón de Manila, con las dos universidades más antiguas de Asia, una de ellas es la universidad católica con más alumnos del mundo, la primera constitución escrita en español, arquitectura, apellidos, lengua y religión. Fue mucha la herencia española que pasmosamente rápido fue destruida por Estados Unidos, en 1898 primero, y en la Segunda Guerra Mundial, después.
400 años de herencia cultural borrados, con tan solo una excepción: la religión católica, amenazada por los musulmanes del sur de Mindanao. Entraron en 1380 de la mano de Makhdum Karim, el primer musulmán predicador en llegar al archipiélago y ahora los filipinos los ven como una amenaza y si les preguntas los identificarán como foco de conflictos, violencia y drogas. Alrededor de 85 millones de filipinos son católicos, lo que representa cerca del 78,8% de la población del país según el censo de 2020, haciendo de Filipinas la nación asiática más católica y el tercer país con más católicos del mundo, después de Brasil y México.
La filipina es la comunidad inmigrante más antigua de España con origen en Asia, y no son pocos los filipinos afincados en nuestro país. Pese a todos estos lazos, los borrados y los que persisten, España mira hacia otro lado cuando se habla de Filipinas.
Este jueves, se ha detectado un terremoto de magnitud 4,4 en la escala Richter en el norte de Filipinas, descrito por las autoridades como de ‘intensidad moderada’. Este evento sísmico ocurre apenas una semana después de otro terremoto que resultó en la muerte de 74 personas. Los destrozos personas y materiales son incontables y las catástrofes naturales se suceden en el territorio desde hace meses, a lo que se suma la falta de ayudas por el Gobierno, ahogado por la corrupción no tiene fondos de donde sacar la inversión necesaria para reconstruir las zonas afectadas y ayudar a la población.
🇵🇭💔 #Sismo #Terremoto Tragedia en #Filipinas: el fuerte sismo de magnitud 6.9 del 30 de septiembre ya dejó 26 personas fallecidas y al menos 147 heridas.
— La Cebadina Noticias (@LaCebadinaNoti) October 1, 2025
🚑🚒🚨Las autoridades continúan con labores de rescate y evaluación de daños en las zonas más afectadas. pic.twitter.com/dI2HyP5sIL
Mientras, en ejecución de una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI), la policía filipina detuvo el 11 de marzo al expresidente Rodrigo Duterte, de 80 años, en el aeropuerto de Manila, inmediatamente después de su llegada desde Hong Kong. Duterte no es ningún santo, pero en un absurdo del mundo occidental, se enfrentará en la CPI a cargos de «crímenes de asesinato contra la humanidad» por la campaña de «guerra contra las drogas» emprendida durante su mandato, que se saldó con la muerte de miles de traficantes.
Cuando la detención se produjo quien mejor explicó lo sucedido fue monseñor Antonio Ledesma, SJ, arzobispo emérito de Cagayán de Oro, en la isla de Mindanao. Allí, explicaba, el apoyo a Duterte y su familia sigue siendo fuerte: la gente ha salido a las calles tanto en Cagayán de Oro como en Davao para mostrar su solidaridad con el expresidente detenido. Es más, esas salidas en apoyo a Duterte se vieron por todo el mundo, incluyendo Madrid, donde cada domingo los filipinos se reunían ante el Monumento de José Rizal en señal de apoyo.
La medida, señalaba el arzobispo, también forma parte de la lucha política en curso entre el presidente Ferdinand Marcos Jr. y su vicepresidenta Sara Duterte, hija del expresidente. Las dos dinastías políticas, que se aliaron en las elecciones presidenciales de 2022, ahora están en abierto conflicto, justo cuando el país se acercaba a la votación de mitad de mandato, en la que se elegiría al Congreso, parte del Senado y las administraciones regionales y municipales. «Esta detención entra de lleno en la campaña electoral y será motivo de enfrentamiento entre facciones opuestas». «No se puede ignorar el valor político, además del jurídico, de este acto, que el gobierno de Marcos ha autorizado».
📺😱 El temblor no perdona ni a las transmisiones en vivo…El #Sismo #Earthquake de magnitud 7.0 en #Cebu, #Philippines #Filipinas quedó capturado en plena transmisión de Sam Pepper (celebridad de internet) en #Kick.👉 Ocurrió este 30 de septiembre sacudió la zona de las Bisayas pic.twitter.com/qzxUzYvhxM
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Las elecciones las ganó Duterte desde su celda en Holanda en una muestra más del apoyo de los ciudadanos que ven al Gobierno de Ferdinand Marcos y Romuáldez, conocido como Ferdinand Marcos Jr. o Bongbong Marcos, como un Ejecutivo corrupto. La ruptura entre Marcos y Duterte, antes aliados llegando a ser presidente y vicepresidente, escaló con acusaciones de malversación y amenazas en ambas direcciones. Todas estas acusaciones y situación política crítica se ha visto interrumpida por las catástrofes naturales, que han echado aún más leña a la lucha de poder.
❗Solidaridad con Filipinas tras terremoto de 6,9 que dejó víctimas.
— Mariem Rodríguez (@Mariem81705167) September 30, 2025
En San Remigio, la tragedia alcanzó a una familia cuando un niño perdió la vida tras derrumbarse un muro de su vivienda. #FuerzaFilipinas #Solidaridad pic.twitter.com/fBcijN4HLZ
Durante 333 años, Filipinas fue la joya más lejana del imperio español, gastronomía, religión, costumbres e idioma nos unían, ahora poco queda, mientras Filipinas se sumerge en el más absoluto caos y España mira hacia otro lado.