En esta crónica semanal sobre Hispanoamérica, recogemos noticias destacadas acaecidas en la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar). 

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Esta semana empezamos en México, cuyo contexto es la presidencia de la ‘progre’ Claudia Sheinbaum, perteneciente al partido Morena, una formación política ultraizquierdista empeñada en implantar en todo el país políticas contrarias a la ley natural, como la ideología de género o el aborto
 
En concreto, en el estado de Guanajuato, el actual gobierno estatal pretende instaurar talleres de educación sexual en los colegios cuyo contenido principal sería la promoción del aborto entre los niños, además de la perspectiva de género desde una orientación ultrafeminista, recoge Aciprensa. 

Una de las organizaciones que se opone a este programa es ‘Red Familia’, que advirtió que el contenido puede “incitar a los menores a que empiecen una vida sexual activa a su corta edad”. Mario Romo, director nacional de Red Familia, explicó que el proyecto tiene como objetivo promover en los menores de edad ideologías abortistas, que tengan relaciones sexuales con quien ellos quieran, provocar confusión en su identidad sexual y lo más alarmante, abre la puerta para que se comentan abusos sexuales infantiles”.

El aborto atenta contra la ley natural porque todo el mundo puede saber con su sola razón que matar a un niño en el vientre de su madre es un asesinato. Y la ley natural, inserta en la conciencia de cada hombre, pide que ese niño siga viviendo.  

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Nuestro siguiente destino es Uruguay, cuyo contexto es que también ostenta el poder un ejecutivo izquierdista, presidido por Yamandú Orsi, igualmente interesado en implantar políticas contrarias a la ley natural. 

En este país, concretamente, el nuevo ejecutivo pretende aprobar la eutanasia para personas con enfermedades terminales, incurables e irreversibles. Hispanidad ya había contado que el nuevo presidente quería abrir la puerta a la eutanasia.

El próximo 5 de agosto el proyecto de ley de eutanasia será votado en la Cámara de Diputados, recoge Aciprensa. 

Ante este proyecto contra la vida, la Iglesia católica sigue advirtiendo de su carácter perverso y de sus nefastas consecuencias. La Arquidiócesis de Montevideo publicó un artículo -bajo el título ‘Eutanasia: un ‘derecho’ que vulnera otros derechos’- en el que afirma: "La votación del próximo 5 de agosto puede marcar un antes y un después. La sociedad uruguaya está a punto de legislar sobre el tema más delicado de todos: el derecho a vivir… o a no vivir. Lo urgente, dicen muchos, no es legislar la muerte, sino garantizar una vida digna hasta el final. Una vida cuidada, acompañada, sin dolor ni soledad. Porque, como advirtió Theo Boer, cuando la excepción se convierte en costumbre, ya no hay vuelta atrás". "¿La eutanasia -pensada como excepción- se convertirá en frecuente, como ocurrió en Países Bajos? ¿Y el proyecto de ley ofrecerá garantías si su solicitud estará a cargo de un médico de medicina general, que no es paliativista ni especialista en la patología del paciente?".  

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Nos vamos a Nicaragua, cuyo contexto es que los nicaragüenses vienen padeciendo la dictadura izquierdista de Daniel Ortega desde que este se hiciese con el poder, en enero de 2007 (aunque anteriormente presidió un mandato presidencial entre 1985 y 1990).

El sandinista, lejos de apaciguarse con los años, se ha vuelto cada vez más dictador. Y ha endurecido la represión, sobre todo tras las protestas ciudadanas de 2018. Y una de las instituciones que persigue con más saña es la Iglesia católica, pues ésta fue una de las que más alzó voz contra esa represión y Ortega sabe perfectamente que predica libertad y dignidad humanas, ambas pisoteadas por él.

Acaba de trascender otro ejemplo: el ataque, perpetrado por el régimen, contra la parroquia Divina Misericordia de la Arquidiócesis de Managua, el 13 de julio de 2018. 

Ese ataque fue deliberadamente ocultado por la dictadura sandinista, como ha denunciado esta semana Martha Patricia Molina, una investigadora en el exilio, autora del informe ‘Nicaragua: Una Iglesia perseguida', que cifra en casi mil los ataques del régimen de Daniel Ortega y su mujer y vicepresisdenta del país, Rosario Murillo, contra la Iglesia Católica. 

Ese día, la policía y el ejército sandinistas se dedicaron durante horas a disparar al templo, en el que se encontraban estudiantes, periodistas nacionales y extranjeros y dos sacerdotes. Como consecuencia, dos jóvenes murieron y otras dos personas fueron heridas.  Pero la tiranía ordenó “borrar toda evidencia” de ese ataque, en palabras de Molina: “Creo que ellos [la dictadura Ortega- Murillo] pretenden borrar este crimen nefasto que cometieron únicamente pintando y reparando las paredes, pero el daño ya fue hecho”.

“Creo que en algún momento, cuando Nicaragua brille la democracia, ellos tendrán que pagar: las personas que realizaron o dieron esta orden de ataque y ser juzgadas para que no reine en Nicaragua, una vez más, la impunidad y el olvido”, añadió, en declaraciones a Aciprensa.

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En esta crónica semanal de Hispanoamérica no podía faltar una alusión al presidente ultraprogre colombiano, Gustavo Petro, que, como todo ultraizquierdista hispanoamericano, criticó la labor civilizadora de España en América.

El eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, lo puso en su sitio y poco más hay que añadir: