Cuando se cumplen dos semanas del vil asesinato de Charlie Kirk por el izquierdista radical Tyler Robinson, los demócratas siguen con la misma virulencia verbal que ha creado el clima de odio hacia los conservadores, cristianos y trumpistas.
Esta semana, en una entrevista en el programa Morning Joe de la MSNBC, la exsecretaria de Estado y exprimera dama de Estados Unidos Hillary Clinton ha afirmado los “hombres blancos” y de una “cierta religión” (en una referencia velada al cristianismo) han causado un gran daño a Estados Unidos. Una afirmación que ha causado gran estupor, al haber sido pronunciada escasos días después de la muerte de Kirk, por cuanto muchos consideran que es una crítica visceral al propio difunto.
Así, Clinton ha indicado:“Así que creo que eso es lo que nos hace tan especiales como país, y la idea de poder retroceder en el tiempo e intentar recrear un mundo que nunca estuvo dominado por, digamos, hombres blancos de cierta convicción, cierta religión, cierto punto de vista, cierta ideología, está perjudicando enormemente lo que deberíamos aspirar”.
No es la primera vez que Clinton insulta de esa manera a los trumpistas. En 2023, en una entrevista en la CNN afirmó que los partidarios de Donald Trump, son "extremistas que pertenecen a una "secta" y deberían someterse a una "desprogramación formal". Y en la propia campaña presidencial de 2016, Clinton, que era la candidata demócrata, calificó de “cesta de deplorables” a los trumpistas. Está visto que la esposa de Bill Clinton nunca superó el haber sido derrotada por Trump en las presidenciales.
Ni siquiera el respeto a la memoria de Charlie Kirk detiene a los progresistas en su campaña de demonización, así esta misma semana, la congresista demócrata musulmana por Minnesota, Ilhan Omar, perteneciente al influyente sector antisistema del partido, ha asegurado que “el legado de Charlie Kirk debería estar en el basurero de la historia”.
Y esta semana, el fantasma de la violencia de la extrema izquierda ha vuelto con el tiroteo perpetrado en unas instalaciones del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas en Dallas, en el Estado de Texas. Tras el ataque, el presidente Trump ha advertido a la izquierda radical que deje de tensar la cuerda.