Esta semana han tenido lugar las audiencias en la corte suprema del decisivo caso que afecta a la Sección Segunda de la Ley de Derecho al Voto.

En teoría, dicha disposición tenía el loable propósito original de proteger a las minorías raciales en la época donde existía discriminación racial. Sin embargo, hoy en día ese fundamento ha perdido su sentido en pleno siglo XXI y en la práctica, lo han utilizado los demócratas para crear mapas electorales que les garantizasen escaños en estados donde sus electores son minoría, concentrando los distritos en lugares de mayoría afroamericana, el único grupo demográfico de votantes que le quedan a los demócratas dentro de las minorías raciales, por cuanto los hispanos cada vez se han aproximado más al Partido Republicano, hasta el punto que el presidente Trump obtuvo el 46% del voto hispano en los pasados comicios presidenciales. Así, el litigio se plantea con respecto a un estado de clara mayoría republicana, como es Luisiana, en el que gracias a esa normativa los demócratas han logrado mantener representación en el Congreso, aunque la mayoría de los ciudadanos del estado son conservadores y no progresistas.

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Ciertamente, la normativa electoral no está prevista actualmente para crear distritos por cuestiones raciales, lo cual sería contrario al propio principio de igualdad, algo que parece haber puesto de manifiesto el bloque conservador de la corte suprema durante las audiencias, por cuanto la raza podría haber predominado de manera indebida como factor de creación del mapa de representación electoral.

En este plano, el juez Brett Kavanaugh expresó una especial preocupación por el uso de la raza para este menester:

"Los casos de este tribunal, en diversos contextos, han establecido que las soluciones basadas en la raza son admisibles por un período determinado, a veces prolongado, décadas en algunos casos, pero que no deben ser indefinidas y deben tener un plazo límite".

Por su parte, desde el lado progresista, la juez Elena Kagan, designada por Barack Obama, ha afirmado que "lo que hace la Sección 2 es indicar que cuando los efectos son ​​discriminatorios, de tal manera que… los afroamericanos aquí no tienen las mismas oportunidades de voto que las personas blancas, entonces es apropiado aplicar una solución”.

El letrado Mike Davis ha afirmado que “parece que la Corte Suprema acabará con la farsa de los demócratas de los distritos de criterio racial”

En el mismo plano, la también progresista Ketanji Brown Jackson, nominada por Joe Biden, ha indicado: “Es como una cinta métrica que analizamos para determinar si existen o no ciertas circunstancias, y esas circunstancias que preocupan al Congreso son la desigualdad en el acceso a las oportunidades electorales”.

El letrado Mike Davis ha afirmado que “parece que la Corte Suprema acabará con la farsa de los demócratas de los distritos de criterio racial”. Davis ha puesto de relieve la hipocresía de los demócratas en relación con los afroamericanos, recordando que precisamente el juez del Tribunal Supremo Clarence Thomas, el más veterano del tribunal que ocupa el puesto desde hace más tres décadas, que es afroamericano y de orígenes muy humildes, es despreciado por los demócratas por su ideología conservadora:

Es muy racista lo que argumentan los demócratas. Argumentan que los afroamericanos necesitan un congresista afroamericano que los represente, ¿verdad?

Eso es racismo en sí mismo. Y eso es lo que me señaló el juez Clarence Thomas, quien creció en la miseria en el Sur Profundo durante la segregación racial, el héroe conservador de la corte. Si observan el análisis, basándose solo en los argumentos orales, parece que los jueces Thomas, Alito y Gorsuch, según sus preguntas de hoy, consideran que nunca se debe usar la raza al considerar estos distritos congresionales.

El juez Kavanaugh, quien señaló hoy que quizás hubo un momento y un lugar para la creación de estos distritos electorales, pero ese momento y lugar ya no existe, como ocurrió con la discriminación positiva en las admisiones universitarias.