Como viene informando Hispanidad, la nueva administración estadounidense ha puesto en el punto de mira a la narcodictadura venezolana de Nicolás Maduro, a la que acusa de utilizar medios como el 'Cártel de los Soles' para hacer negocio y expandir la droga en otros países, como el propio EEUU.

La Administración estadounidense persigue al 'Cártel de los Soles', una organización conformada por militares y altos funcionarios venezolanos dedicada, según la DEA (la agencia antidroga de Estados Unidos), al narcotráfico internacional, principalmente desde Sudamérica hacia Europa y Norteamérica. EEUU considera que uno de los líderes de este cartel es el dictador venezolano Nicolás Maduro. 

Por esa razón, los estadounidenses vienen efectuando ataques a navíos procedentes de Venezuela que considera que llevan cargamento de estupefacientes. Hasta el momento, militares norteamericanos han hundido cuatro embarcaciones

En ese contexto, y mientras el régimen chavista instruye a civiles para un posible combate, se ha filtrado una carta que habría dirigido el dictador venezolano a Donald Trump en la que Maduro dice que los supuestos vínculos de la dictadura venezolana, incluido él mismo, con el narcotráfico “es el peor de los 'fake news’ que se ha lanzado contra nuestro país para justificar una escalada a un conflicto armado que le haría un daño catastrófico a todo el continente”.

El tirano chavista aporta algunos datos: “El 87 por ciento de la droga producida en Colombia sale por los puertos del Pacífico; el 8 por ciento por la Guajira Norte de Colombia y apenas un 5 por ciento intenta ser transportada a través de Venezuela, siendo combatida, interceptada y destruida toda la droga incautada”.

Y, por último, Maduro emplaza al presidente estadounidense a negociar, dado que los temas entre ambas naciones “siempre estarán abiertos para una conversación directa y franca con su enviado especial Rick Grenell”.

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Pero la crueldad de la dictadura de Maduro no cesa, tal y como atestigua un informe de la Misión de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas, que documenta la dura represión postelectoral tras las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 -que fueron ganadas por la oposición, como demostró en esta página web-, y advierte que la persecución por motivos políticos, incluyendo contra quienes defienden los derechos humanos y las libertades fundamentales, ha continuado en 2025, recoge su nota de prensa

El informe de la Misión de Determinación de los Hechos también revela que al menos 220 niños y niñas, con edades entre 13 y 17 años, fueron detenidos en el marco de este patrón de represión que siguió a las elecciones del 28 de julio de 2024. Durante su reclusión, y sin tener en cuenta ni su edad ni el interés superior, los niños y niñas fueron sometidos a incomunicación, tratos crueles, inhumanos o degradantes, actos de violencia sexual, y violaciones al debido proceso. Cuatro adolescentes permanecen todavía detenidos en los estados de la Guaira y Lara.

Los cuerpos de seguridad emplearon bolsas plásticas para asfixiar y propinaron palizas, patadas, golpes de puño o con bates contra las personas detenidas, independientemente de su edad y género. También se perpetraron actos de tortura sexual, como amenazas de violación, y aplicación de electricidad en los genitales. Los tribunales ignoraron las denuncias por estos actos, al igual que la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público que no emprendieron ninguna investigación.