Hoy es domingo 12 de octubre, desde 1892 está regulado por la Ley 18/1987, de 7 de octubre, cuyo único artículo indica: se declara Fiesta Nacional de España, a todos los efectos, el día 12 de octubre. La celebración incluye tradicionalmente un desfile militar al que asiste el rey, junto a la familia real, el presidente del Gobierno y otros altos representantes de todos los poderes del Estado, comprendiendo también los de las autonomías. Desfile que siempre da para mucho.

Es algo que muchos españoles esperan pero perdemos el foco del motivo de la celebración: el descubrimiento de América en 1492. Fue trascendental y el 12 de octubre se ha considerado como un día memorable porque a partir de entonces se inició el contacto entre América y Europa.

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Una de las herencias que dejamos los españoles es el idioma, hay más de 599 millones de hispanohablantes en el mundo, de los cuales casi 500 millones lo tienen como lengua materna, y se calcula que en Estados Unidos hay más de 68 millones de hispanos, lo que representa alrededor del 19% de la población total del país, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos. La comunidad hispana es la minoría étnica más grande de Estados Unidos y continúa creciendo, con California, Texas y Florida como los estados con las mayores poblaciones hispanas. 

Son una parte fundamental de la identidad de Estados Unidos, aportando a su cultura, economía y política. Han liderado el crecimiento de la población estadounidense en los últimos años. Algo que, como recordarán, es una de las grandes preocupaciones del Partido Demócrata, en tanto en cuanto su voto es cada vez más republicano, en las últimas elecciones presidenciales, Donald Trump obtuvo entre los hispanos uno de los mejores resultados que jamás haya logrado un candidato republicano, con el 47% del voto.  

 

Y no es baladí, según un reporte del proyecto Latino GDP de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) y la California Lutheran University retomado por CNN, la población hispana aumentó un 2,9% del 2023 al 2024, siendo un ritmo que equivale a 5,8 veces en comparación de cualquier otra población.

Es decir, uno de cada cinco personas que están en Estados Unidos, son de origen hispano, siendo la primera vez en la historia que se dan estas cifras. Según el Censo hay un total de 340 millones de personas en el país, existiendo un incremento de dos millones de hispanos en solamente un año. El crecimiento es tal que algunos informes aseguran que Estados Unidos ya es el segundo país con mayor número de hispanohablantes, y el español ya es la segunda lengua más hablada del país.

El 58,9% de los hispanos en Estados Unidos en 2022 era de origen mexicano, seguido por un 9,3% de origen puertorriqueño y un 3,9% de origen salvadoreño, según Pew Research Center. Le siguen cubanos y dominicanos, ambos con un 3,8%; guatemaltecos, con un 3%; colombianos, con un 2,3%, y de origen hondureño y español, con un 1,9% y 1,5%, respectivamente. Pero la población que más rápido crece es la venezolana, con un aumento del 169% entre 2010 y 2021.

Otra de las herencias españolas a los hispanos fue la fe católica, tristemente los datos no son muy buenos. En 2010 el 62% de los hispanos eran católicos. Sin embargo, en 2022, esta cifra se redujo al 43%. Mientras que el 15% se identificó como evangélico protestante, el 6% dijo ser no evangélico protestante y el 4% practicó otras religiones. Además, el 30% no se identificó con ninguna religión.

Es cierto que se ve un repunte en los últimos años y FloridaArizonaTexas y Nevada se consolidan como polos de crecimiento para la Iglesia Católica en Estados Unidos, estados a donde se dirigen esa población hispana. Entre los años 2010 y 2020, la población católica aumentó en seis millones de personas en los estados del sur y el oeste, mientras que disminuyó en tres millones en el noreste y medio oeste, según un análisis de NBC News basado en datos del U.S. Religion Census y del U.S. Census Bureau. En Florida, pasó del 14,4% al 20%; en Arizona, el crecimiento fue similar, al subir del 14,6% al 21,3%. Por contra, Nueva York, Massachusetts, Pensilvania, Ohio y Michigan pierden católicos e hispanos.