El fino Víctor Arribas, conductor de Telemadrid en la retransmisión del Desfile militar del 2 de octubre, Día de la Hispanidad, aseguraba, en relación a los silbidos del público a Pedro Sánchez, que "no se ha podido evitar que parte del pueblo silbe al presidente del Gobierno español, a pesar del decalaje entre el desfile y el público". Reconozco que lo del 'decalaje' me llegó muy dentro.
Hay que reconocerle el cuajo a Sánchez. No todos aguantaríamos ahí, año tras año, sabiendo que eres el presidente más odiado de la historia de la democracia, y obligando a las instituciones a pasar un mal trago por tu culpa. Al menos la infanta se ríe. pic.twitter.com/bncmTb7jrw
— Cristian Campos (@crpandemonium) October 12, 2025
Lo que quería decir Arribas es que, un año más, doña Margarita Robles, titular de Defensa, quien ya hace tiempo vendió su alma jurídica al diablo de lo políticamente correcto, todavía había alejado más el presidente del Gobierno de su pueblo... más que nada para que no se escucharan los silbidos de quienes acuden a un desfile militar, que no suelen ser ni comunistas ni separatistas, es decir, los dos grupos que mantienen a don Pedro en Moncloa.
"¡Fuera, fuera! ¡Pedro Sánchez, hijo de put*!".
— Guaje Salvaje (@GuajeSalvaje) October 12, 2025
RTVE emite protestas contra Israel, contra Ayuso, contra gobiernos autonómicos de la oposición, pero censura las que son contra su amo.
Estas imágenes no las veréis en TelePedro ni en la mafia informativa.pic.twitter.com/sKxVibHb58
El gesto de la Infanta Sofía ante las protestas contra Pedro Sánchez el 12-O nos representa a millones de españoles.pic.twitter.com/6sTBPrh68l
— Guaje Salvaje (@GuajeSalvaje) October 12, 2025
La agonía del Sanchismo continúa pero lo más llamativo es que, a medida que avanza la agonía, Sánchez ha ido ganando en desfachatez. Le importa todo un pimiento, se siente el perpetuo agraviado, incapaz de creer, ni en un ápice, en la rectitud de intención de sus críticos. Nunca he visto un presidente tan impopular: la mitad del pueblo le odia mientras la otra mitad le desprecia pero se ve obligando a soportarle porque son progresistas... sea lo que sea lo que eso quiere decir.
Se pasa el desfile mirando el móvil, no habla con nadie, no atiende a la prensa, se va antes de terminar la ceremonia...
— Elyon (@ElyonMan) October 12, 2025
A Sánchez hoy le han avisado de algo. https://t.co/68Lfw6OLAn pic.twitter.com/CAq48Dv0Yh
Pedro Sánchez vivió un 12 de octubre a la fuga, en el desfile haciendo como que no iba con él y atendiendo al móvil, mientras a su lado, el ministro Óscar Puente, que no las vicepresidentas, bostezaba a gusto para demostrar que todo aquello no iba con ellos y que respaldaba la actitud maleducada de su jefe quien, por cierto, no le hacía ni caso.
El error de Abascal no fue plantar al Rey, como asegura interesadamente el PP, sino plantar a España en su Fiesta nacional
Fuga en la recepción real en el palacio de Oriente, cuando Sánchez se marchó a la carrera sin intercambiar palabra con los periodistas, bulo y fango... también en el día de la Fiesta Nacional.
Pero no fue el único que dejó de vivir mal, rematadamente mal, la Fiesta Nacional de España. Santiago Abascal no asistió al desfile: el error de Abascal no fue plantar al Rey, como asegura interesadamente el PP, sino plantar a España es su Fiesta nacional.
Pero es cierto que Vox, hasta ahora leal al Rey, comienza a marcar distancia con Zarzuela, Entre otras cosas, por la postura abortera del Monarca.
Desprecio al Ejército y fuga acelerada de los periodistas. Pedro Sánchez se mueve a gusto en el guerracivilismo: lo que le pierde es su soberbia, que no soporta el desprecio
Por último otra actitud criticable es la del Rey Felipe VI, entonando ese cántico a los caídos, una verdadera oración a Cristo donde se asegura que la muerte no es el final de la vida y se agradece a Dios que al militar muerto en acto de servicio, "ya le has devuelto a la vida, ya les ha llevado a la luz".
Hablo de una flagrante contradicción, que empieza a resultar la nota destacada de los borbones. Felipe VI es un monarca que en la Asamblea da Naciones Unidas habla de una España "referente de la salud sexual y reproductiva", es decir, del aborto. No puede ahora cantar un himno que habla de la vida eterna en Cristo: un poco de coherencia, Majestad.
La desfachatez terminal de Sánchez, el pecado de emisión de Santiago Abascal y la radical contradicción de Felipe VI, dice poco bueno de los tres.