Consejo de Ministros del martes 2 de septiembre. La portavoz del Gobierno sale acompañada de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, la mujer que ha convertido la mentira en una de las bellas artes. Sin duda, el miembro más inteligente de todo el Ejecutivo y por ello el más peligroso, de todo el Gabinete Sánchez. Y también la vicepresidenta tercera, y la más ecológica, Sara Aagesen, que merece un capítulo aparte.

La portavoz Pilar Alegría, por contra, se adhiere a su sonrisa eléctrica para no evidenciar su falta de recursos y vuelve a marcar el tono gris del Sanchismo. Por ejemplo: "Lo del presidente del Gobierno -habla de su ataque a los jueces en la entrevista con Pepa Bueno, en RTVE- no es una opinión subjetiva”, asegura la ministra de Educación (¿Se habían olvidado de que también era la responsable de Educación?, ¿a que sí?).

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Lo que aprendo a mi edad: yo pensaba que todas las opiniones eran subjetivas, precisamente por ser opiniones, pero, al parecer, Pedro Sánchez habla ex cátedra. Si el presidente dice que los jueces son mala gente... es que son muy mala gente.

Y de la maldad a la ignorancia. Asegura doña Pilar que, desde 2018, hemos reducido la deuda pública... y se quedó tan ancha.

Vamos con la estrella de la jornada, con Marisu, con el anteproyecto de Ley Orgánica de Medidas Excepcionales de Financiación de las Comunidades Autónomas, conocido como la quita de deuda de las CCAA.

Nadie pierde o gana con esta medida, todo sale del fondo común: de nuestro bolsillo. Cunado perdemos todos es cuando Marisu aumenta la recaudación

Entra en acción la vicepresidente primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, y acapara todo el protagonismo con su anteproyecto de ley de sostenibilidad financiera para Comunidades Autónomas del Régimen Común. El Estado central, o sea, Sánchez, es tan bueno que está dispuesto a perdonarles una deuda de 83.000 millones de euros.

A ver, Marisu estamos hablando de un juego de suma cero. Tú no le estás haciendo un favor a la mayoría. A los ciudadanos, les importa un pepino que le condones deuda a Isabel Díaz Ayuso o a Juan Manuel Moreno Bonilla, porque tanto la deuda de Madrid o Andalucía, como la del conjunto de España salen del mismo bolsillo: del mío y del conjunto de los contribuyentes.

Tú no me ayudas quitando deuda a un Gobierno autónomo. Tú me ayudarás el día que me reduzcas los impuestos y para ello hay que reducir el gasto público.

Más mentiras: la banca no les presta dinero a algunas comunidades autónomas... pues entonces tampoco deberían pedirlo al Gobierno. Lo que tienen que hacer es gastar menos.

Más mentiras: ataca a Madrid porque reduce los impuestos y luego pide más al Gobierno, el famoso ‘dumping’. Mentira, el 98% de los impuestos los fija el Gobierno central. Madrid no hace ‘dumpling’, sólo aplica exenciones que eso sí puede hacerlo al impuesto de donaciones y sucesiones, que es un impuesto vergonzoso como todo gravamen sobre el patrimonio.

Más mentiras: no se beneficia a Cataluña con una financiación especial. Por supuesto que se beneficia, como ahora salen beneficiados País Vasco y Navarra: el que parte y reparte se lleva la mejor parte. No es lo mismo recuadar y entregar un trozo que recaudes tú y me des un trozo a mí.

Con la condonación de deuda a las autonomías sólo ganan los dirigentes regionales. Los ciudadanos no: pagamos todo, a escote, de forma coercitiva. Encima, la caradura de Marisu dice que ella tiene superávit y por eso puede hacer regalos. Marisu, bonita: tú no tienes que tener ni déficit para imponer más gravámenes ni superávit para comprar votos: no es tu dinero, es nuestro dinero.

Y no olviden a la ecológica Aagesen, que ha presentado las diez medidas del pacto contra el cambio climático, pero sin decir cuánto cuesta y cómo se va a pagar.

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