Hace unos días contábamos en Hispanidad los objetivos ideológicos y cristófobos de la Ley de Memoria Democrática y una de las obsesiones que Sánchez tiene en su mente son las exhumaciones. Concretamente, el ministro para la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, en una entrevista concedida a la Cadena Ser confirmaba que los cuerpos de Primo de Rivera y de Queipo de Llano serían exhumados de las basílicas del Valle de los Caídos, que pasará a llamarse Valle de Cuelgamuros, y de la Macarena de Sevilla respectivamente.

Ahora la familia de José Antonio Primo de Rivera se ha adelantado al show de Sánchez y ha solicitado al prior Santiago Cantera del Valle de los Caídos y a la Comunidad de Madrid la exhumación de sus restos del Valle de los Caídos con el fin de evitar una "exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles".

En el comunicado, firmado por Fernando Primo de Rivera, duque de Primo de Rivera y amigo íntimo y asesor del Rey Juan Carlos, se afirma que la familia ha solicitado también las licencias correspondientes al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial para proceder a la exhumación de los restos mortales.

Una vez se autorice, la intención de la familia es depositar los restos en un lugar que han decidido para cumplir con la voluntad manifestada en el testamento por José Antonio Primo de Rivera en cuya primera cláusula establece su deseo de "ser enterrrado conforme el rito de la Religión Católica, Apostólica, Romana que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz", por lo que la familia "se considera obligada a cumplir con la voluntad y llevar a cabo la exhumación y correspondiente inhumación de sus restos mortales en un cementerio sagrado de acuerdo con el rito católico".

En un intento de salir del show particular de Sánchez, afirman que "el proceso de exhumación debe permanecer y permanecerá dentro de la estricta intimidad familiar, sin que pueda convertirse en una exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles". 

"José Antonio seguirá manteniendo el sitio preeminente que le corresponde en la memoria de muchos españoles y no podrá ser objeto de más humillaciones. Como mucha gente sabe, este traslado será el cuarto que se produce tras su muerte y su nuevo enterramiento sería el quinto de su mal llamado eterno descanso. Pocos restos humanos han viajado tanto como los de José Antonio. Pero, conociendo sus ideas, esta sería probablemente la última de sus preocupaciones".

No podemos olvidar que en el Valle de los Caídos no están enterrados ni los “rojos” ni los “azules”, sino los caídos en la Guerra Civil: 33.847 católicos españoles, sin importar en qué bando habían luchado