Va a ser espléndido. El próximo 22 se cumplen 50 años desde que Juan Carlos I, en solemne acto, jurara como Rey de España.  

Ahora, cuando se cumplen 50 años, el presidente del Gobierno ha decidido celebrar la muerte de Franco. Esto es, el final del Franquismo, en lugar del comienzo de la democracia.

Porque verán, el presidente del Gobierno odia el franquismo y ama la democracia pero prefiere potenciar las muertes y ocultar los nacimientos.

En todo caso, no sé si va a festejar los cincuenta años de la proclamación de Juan Carlos I a título de Rey pero el protagonista, que vive en Abu Dabi, no estará. Tampoco está Franco pero su muerte sí que se celebrará por todo lo alto. Y encima, don Pedro que se supone ama a la democracia, sólo tiene sarcasmos para el hombre que trajo la democracia a España.

Y todo esto quiere decir, que España no sólo no respeta a sus muertos sino que tampoco respeta a sus vivos. La guerra civil terminó en 1939. ZP y Sánchez la han resucitado en 2025. Son dos progresistas de tomo y lomo.

¿Significa todo lo anterior que usted admira a Juan Carlos I? Yo admiro, y no mucho, porque fue temporal, a Balduino de Bélgica, quien, para no refrendar la ley del aborto, abdicó como Rey, aunque sólo fuera por dos días. Al menos, dio testimonio. Con Juan Carlos I la Monarquía española dejó de ser católica. Pero una cosa es eso y otra un país estúpido, dirigido por una clase política estúpida, que gusta de suicidarse, fusilando a sus muertos, quizás porque no se atreve a fusilar a sus vivos. 

Lo cual no deja de ser una suerte.