Nunca fue santo de mi devoción, aunque aplaudo el hecho de que Albert Rivera, cuando fracasó en las urnas, no sólo presentara su dimisión al frente de Ciudadanos, sino que se alejara de la vida política. 

Es curioso, el que pudo llegar a ser presidente, al menos a vicepresidente de España, se marchó tras conducir a su partido al ostracismo. Lo contrario que hizo Pedro Sánchez, el ‘resiliente’: le echaron por su fracaso político pero él se empeñó en recuperar el poder en el PSOE y luego, como le recordaba Rivera, subió a La Moncloa por una moción de censura exagerada hasta la náusea y tras introducir en el Gobierno de España a los comunistas… y a los enemigos de España.

Hoy, la voz de Rivera suena profética. Incluso no debería sorprendernos, porque todo lo que presume se ha cumplido. Pero sí debería asombrarnos, porque yo al menos, aún hoy, no sabría explicarlo tan bien como Rivera lo hizo, en directo.

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Pasen y vean y lean… No me extraña que el vídeo en cuestión se haya hecho viral.