El viaje apostólico de León XIV a Turquía y Líbano sólo ha tenido un objetivo que constituye el principal objetivo del actual Pontificado: la unidad de la Iglesia.
Y cuidado, a la unidad no puede llegarse por el sincretismo, sino haciendo que los separados vuelvan a la verdad
El Papa no ha hecho discursos doctrinales: simplemente ha puesto fecha a la deseada unidad de las iglesias cristianas. Ahora bien, el Pontífice habla de unidad entre ortodoxos, protestantes, anglicanos, etc... justo cuando a esa división se une la desunión en el seno de la propia Iglesia Católica. Por ejemplo, con un chulesco episcopado alemán que escandaliza hasta la propia Iglesia protestante de la patria de Lutero.
¿Unidad de todo el orbe cristiano cuando la Iglesia madre, la de Roma, anda en guerra civil? Bueno, a lo mejor es una técnica, pero cuando menos resulta arriesgada. En cualquier caso, unidad pero sólo en la verdad. Y la verdad es lo que dice Roma.
En todo caso, a la unidad no puede llegarse por el sincretismo, sino haciendo que los separados vuelvan a la verdad.