Sr. Director:
El Gobierno andorrano, presidido por Xavier Espot, prepara un proyecto de ley para noviembre de 2025 para despenalizar el aborto procurado.
El texto que se prepara eliminaría las penas de prisión y de inhabilitación profesional, además de que se pondría en marcha un sistema para que las mujeres que quisieran abortar fueran derivadas a clínicas de Francia o España, con acompañamiento médico.
El Estado andorrano subvencionaría los crímenes de aborto con dinero público.
El Principado de Andorra tiene como jefes de Estado al presidente de la República francesa y al Obispo de Urgell, además de a Xavier Espot.
Josep Lluís Serrano Pentinat es co-príncipe de Andorra y obispo.
Si el proyecto de ley saliese adelante debería contar con las firmas de los tres responsables.
No me extraña que Espot y Macron estampen su firma, porque sabemos de sobra que no defienden la vida del concebido no nacido.
Quien no debe estamparla es el obispo Serrano Pentinat, por razones obvias. La Iglesia defiende la vida de todas las personas desde la concepción hasta su ocaso natural, y califica el aborto y el infanticidio como crímenes abominables. Quiero creer que Mons. Serrano Pentinat no firmará a favor de una ley de aborto, ya que éste, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.
En el CIC se establece:
"Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae, es decir, que incurre ipso facto en la excomunión quien comete el delito o colabora a realizarlo"
(Cfr. CIC, cánones 1323-24 y 1398)
Con ello, la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia, sino manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad.
"La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave". (CEC, 2272)
Sigue diciendo el Catecismo:
"Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política.
Estos derechos pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que la ha originado.
Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de las personas, particularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del Estado de derecho"
(Catecismo, núm. 2273)
Recemos a la Santísima Virgen María para que los creyentes de todas las religiones trabajemos denodadamente a favor de cada vida humana, de todas las vidas humanas.
Al decir no al aborto estamos diciendo sí a la vida, precioso don de nuestro buen Padre Dios.
Podemos participar en la Campaña 40 días por la Vida.
Roguémosle al Señor para que tenga piedad de nosotros y del mundo entero.