Ante sus mandos militares, Vladimir Putin, que nunca golpea con la lengua sino con el puño... ha golpeado con la lengua. Ha calificado a los líderes europeos como "cerdos" lo que no parece que sea una manera de romper el hielo. Les ha dicho, en plenas conversaciones de paz con Ucrania, a través de Estados Unidos, que como se pongan tontos conquistará toda Ucrania y a correr.
Curiosamente, no insulta directamente a Donald Trump, lo que ya da pistas sobre sus simpatías: romper Occidente no es algo que desagrade al Kremlin.
Es la contradicción flagrante del Kremlin: un día califica de patraña una posible invasión rusa de Europa y a la otra habla de sus nuevos misiles de gran precisión que pueden actuar como cabezas nucleares tácticas, es decir, de alcance limitado: no destruirán un país entero pero sí una ciudad entera o un ejército entero.
Y en el entretanto, Vladimir provoca a los europeos sin que la OTAN responda. Recuerden las palabras de Trump: si un avión ruso ente en tu espacio aéreo, derríbalo.