Graciosísima puesta en escena de Pedro Sánchez para enseñarnos su casa: el palacio de La Moncloa, todo para imitar a un personaje al que el presidente envidia, por su mayor capacidad intelectual: Isabel Preysler. Uno de sus primeros asesores de imagen -de Pedro, no de Isabel- repetía que a Pedro Sánchez había que enseñarle a sonreír. Yo me quedo ahí.
Ahora bien, aunque cuando nos libraremos de esta pesadilla, muchos brindaremos con cava, una terrible sospecha acecha a muchos corazones: el sustituto, en un principio sería el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo y, como buen conservador, cabe la posibilidad de que conserve las barbaridades perpetradas por el Sanchismo. ¿A que sí?
¿Echar a Sánchez o echar a Sánchez y a Feijóo?