Sr. Director:
Las Navidades vienen precedidas, en pueblos y ciudades, por un alumbrado muy especial en calles y plazas. ¿Para recibir al Niño Dios? Hay tanto disimulo, que en muchos sitios ni se sabe de qué se trata. Todo menos motivos claramente navideños.
Aparte, Málaga: con llaneza, muestra, en su alumbrado navideño, motivos propios de este tiempo, de lo que de verdad se celebra. Alumbrado que representa ángeles y hasta el mismo portal de Belén con la Virgen, San José y el Niño. Vaya mi felicitación para los malagueños, su Alcalde y Ayuntamiento. La Fe no admite disimulos, hay que vivirla. Saber de qué se trata y representarlo, sin miedo al que no la comparte, dando la cara, con respeto pero con alegría y bondad. Debemos respetar pero también hacernos respetar a nosotros mismos, que no tenemos por qué esconder nuestras convicciones. La Navidad es la celebración cristiana y gozosa de la venida de Cristo al mundo. Acampó entre nosotros para salvarnos y enseñarnos, para que sepamos que siempre podemos contar con Él. Quien cree en Él tiene esperanza, y recibe paz aún en los peores momentos. Quien cree sabe que “para Dios nada es imposible”, y que basta con suplicarle con humildad y amor, libre, el corazón de odios y rencores. Dios es Amor y quiere acercarnos a Él. Fue un Niño en Belén, que. después, murió en una cruz para salvarnos del pecado y de la muerte eterna.